Parece un chistófano

15/02/2019
 Actualizado a 17/09/2019
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Esta tierra está llena de inventores de verdad, hasta que llegan los inventores de los conceptos y se va todo al carajo porque ya nadie sabe de qué estamos hablando.

Así a lo que siempre fue capacidad de recoger todo en cualquier rincón, a base de imaginación, le llamamos solución habitacional y ahí se acabó el todo, ni solución, ni habitacional, ni nada... salvo una buena morterada de euros que se llevan los inventores de los conceptos, mientras olvidamos a los que están en la otra orilla, los que solucionan los problemas pero no tienen ni idea de cómo se puede llamar a lo que han hecho. Y así aparecen personajes como Chistófano, un simpático asturiano que merodeaba por el Hogar del Transeúnte y a todo le llamaba ‘chistófano’, a un vino, a un café o a tu familia. «¿Invitas a un chistófano?», preguntaba, y si eran 12 de la mañana se traducía por vino y si eran las cuatro de la tarde... también. Y si decía «¿qué tal la chistófana ‘vieya’?» parece ser que estaba preguntando si estaba bien tu madre. Sin alharacas. 

¿Cómo se podría definir esta ‘biciadministraciónpapelera’? No gastes dinero en un asesor que te pula una pasta; piensa en el paisano, en cómo se fue amoldando a cada circunstancia y convirtió la barra de hombre en soporte de billetes de todas las loterías que en el mundo han sido, en la bolsa para reciclar los que no han sido premiados; en el equipaje que pasará a ocupar el lugar de los billetes... Piensa en la imaginación y espera al paisano.
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