Imagen Juan María García Campal

¿Otro contrasentido?

13/05/2020
 Actualizado a 13/05/2020
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Que los políticos con poder ejecutivo, un alcalde por ejemplo, son, salvo honrosa excepción, amigos del amén o el «sí, bwana» a los que la mínima crítica les altera las transaminasas, el colesterol malo y hasta la tensión ocular es cosa manifiesta aún detrás de la sonrisa más silvanesca. ¿No habrá concejales, correligionarios o asesores que sepan algo del consejo crítico? ¿Vendrá de esa ausencia la llamada «soledad del poder»?

Los políticos son, salvo honrosa excepción, esos paridores de ideas que una vez conocidas le hacen a uno preguntarse si habrá leído bien o si uno tendrá un virus alojado en el cerebro y por ello no alcanza a comprender el carácter sublime de las mismas.

Uno ve el nuevo contrasentido para Ordoño II y se pregunta si será cosa de darle colorines a la llamada nueva normalidad. Normalidad que, en mi opinión, de nueva no tiene ni tendrá nada peor ni más importante de solventar que el ya adverso presente de muchos conciudadanos y lo que nos rondará la ruina.

Soy peatón, variante jubiloso paseador, y porque la disfruto –no por otra cosa, no me voy a poner agendoso 2030– defiendo la peatonalización de calles y zonas urbanas. Pero de ahí a la semipeatonalización o contrasentido, como ya dije en su día, hecho en Ordoño II hay más de un paso. Y que, ahora, en tiempos de presente y futura abundante escasez se pretenda nivelar y triangular con colorines, me parece que no tiene parangón ni como alcaldada –por más que estuviera en el programa electoral– ni como, en mi opinión, horterada. ¡Qué infografías! ¡Ni Disneylandia! ¿Se olvidaron los pasos de cebra?

Saque, señor alcalde, el transporte urbano de Ordoño II, si quiere; amplíe la peatonalización o sus casi a otras calles, pero, de verdad, deje ese medio millón de euros en la caja. Días de dramática necesidad ciudadana y menos ingresos en el Ayuntamiento están por venir y no parece este el momento para tal dispendio y, menos aún, para tal horterada, repito, en mi opinión.

¿De verdad cree, señor alcalde, todas las bondades que le atribuye al proyecto? ¿De verdad no ve la realidad presente? ¿De verdad no intuye la por venir? ¿De verdad cree que por nivelar calzada y aceras y pintar unos colorines va a mejorar la vida en la ciudad? ¿Con la que se nos viene en contra? Porque esta viene y la ve y la vemos. No es como la pasada que nos la tiraron encima los populares que ahora, amnésicos, dicen querer protegernos. No se lo ponga tan fácil, hombre, que parece nuevo.

¡Salud!, y buena semana hagamos y tengamos. ¡Cuídense!
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