Y Yuri nos agarró al hilo

A falta de tres jornadas para el término de la temporada, la Ponferradina, con lágrimas en los ojos por el trabajo hecho, pero con la rabia de no haberlo hecho antes, se acoge a visitar el campo de un Huesca en una situación crucial, ya que con la victoria local certificarían su estabilidad en el fútbol profesional. Los de Juanfran García saldrán con el punto de mira puesto en la victoria y, por consiguiente, poner nerviosos a los oscenses, que tendrían que perder todos sus partidos de aquí a final de temporada, que el Málaga no sume de tres en uno de los tres partidos que quedan y por supuesto nosotros, que si queremos mantener vivas las opciones de permanencia en la categoría no podemos perder ni empatar ninguno de nuestros próximos enfrentamientos. Dicho todo esto, parece una quimera, y es lo que es. Pero, ¿por qué no? Habiendo posibilidades, estando las matemáticas de nuestro lado, ¿por qué no podemos soñar? El pescado aún no está vendido, y si no que se lo pregunten al Málaga, ya que el boquerón en estas últimas jornadas se las traía muy felices. Y es que la Deportiva mostró el pasado domingo esa garra, ese empuje, esas ganas de ir de verdad al ataque de la meta rival que se echaban en falta desde hacía meses. La Ponfe mostró que esto que tanto reclamaba la afición, se podía hacer y se podía conseguir. Personalmente, un jugador como Sabit que había contado cero para Gallego, entró y realizó su función perfectamente. Al igual que Miguel San Román, que agradó a la afición con buenas intervenciones y seguridad durante todo el partido. Pero el que apareció fue el de siempre, el incombustible, el que salía una vez más desde el banquillo para demostrar que él sólo tiene más gol que toda la plantilla junta, Yuri. Demostró que si el equipo es capaz de dotar de ocasiones a su referencia ofensiva por excelencia, ésta necesita poco para nutrirte de goles, pero creo que esto ya lo sabíamos todos.Yuri encendió a la gente, a la que también mostró en rueda de prensa lo difícil y complicado que es la empresa que hay por delante, al igual que hizo Juanfran. Cero en humos y diez en realidades. Por eso, y como aún es real, yo me agarro a ese hilo de esperanza, el del fútbol profesional.