
La guerra fría del mercado
07/06/2023
Actualizado a
07/06/2023
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Cuando un equipo en junio tiene ya fijado su destino para la próxima temporada, y éste además es el descenso de categoría, se le abre varias incógnitas. La primera, definir una dirección deportiva con su entrenador, que confeccione a su gusto una plantilla de jugadores con la cual trabajar al completo. Esta ‘X’ sigue sin despejarse, y es que la ronda de entrenadores parece alargarse, sin llegar tampoco a saber qué culpa puede tener la actual disputa de los Play Off de ascenso a Segunda División. La segunda cuestión debe de afrontarse con la primera ya resuelta (de no ser así estaríamos equivocándonos de nuevo), debiéndose hacer un estudio de la plantilla actual y siendo realistas, ver y decidir con qué jugadores en nómina se pueden contar para disputar la primera temporada de la Ponferradina en una categoría novedosa como la Primera Federación, y cuáles pueden ser proclives a pagar su cláusula y abandonar el barco para seguir en el fútbol profesional. Aquí también incluyo las posibles renovaciones -por qué no- jugadores que estén asentados y no les importe echarse el equipo a la espalda y asumir un reto importante, en vez de ser jugador de segundo plano lejos de Ponferrada. Y la tercera y última de las incógnitas, el mercado de fichajes. Aquí el abanico de opciones es amplio y seguramente que las miras de la dirección deportiva ya están puestas en un mercado, en el cual la Deportiva ha de hacerse fuerte. Todo aquel jugador que destacase en su equipo en Primera o en Segunda RFEF ya tiene o debería de tener su informe en las oficinas de El Toralín. Este periodo en el que ningún equipo mueve ficha es determinante, es la ‘guerra fría’ del mercado de verano. Jugadores que están disputando Play Off, descartes de equipos de Segunda, cesiones de algún filial que otro… Hay que ir llenando la mesa de trabajo para que el nuevo técnico pueda dar su aprobación y la maquinaria engrane correctamente desde el principio. Eso sí, paso a paso y sin precipitación. Personalmente, no quiero tener un equipo para jugar directo, con un técnico con conceptos basados en la posesión del juego o viceversa. La filosofía del equipo debe de marcarla el entrenador, y a partir de ahí hacer una plantilla para su idea de juego. La época de los experimentos y de la ‘adaptabilidad’ ha pasado a la historia. Todo esto marcará el devenir de una temporada en una categoría muy diferente a la que podemos recordar de la antigua Segunda B. Deshojemos la margarita, pero no por el tallo, si no pétalo a pétalo.
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