Se ha conocido la decisión de la Junta de incluir la variedad de uva godello dentro de la Denominación de Origen Rueda, de vinos. Godello es tradicional en el Bierzo, Valdeorras y en una parte de la Ribeira Sacra. Se ha desarrollado desde estas zonas una imagen que, registrada o no, permite pedir en un bar un «godello» para que sirvan vino de este origen. La inclusión de uva godello en la DO Rueda comporta el aprovechamiento comercial de una marca que construyeron otros.
Cualquier zona puede incorporar uva de variedades ajenas a su tradición. Sin embargo, el espíritu que fundamentó las denominaciones de origen era proteger producciones locales con tradición. Esta autorización viola ese principio y favorece a unos, dañando los intereses de otros: sus productores vernáculos. Se tergiversa de la utilidad de las D.O.
La Junta ha tomado una posición en el Bierzo, que lo posterga y erosiona, ya que esta decisión se suma a otras similares. La sanidad, competencia con más presupuesto de la autonomía, tiene en su ‘debe’ la ampliación de las UCI en el Hospital, o la falta de médicos, o la ausencia de radioterapia, que dará servicio a 155.000 habitantes del Bierzo, Valdeorras, La Cabrera y la Cepeda.
En comunicaciones, la falta de interlocución de la Junta por la lenta restauración de la A-6 es hiriente. Tampoco se ha ocupado de la urgencia de la autovía a Valdeorras, que enlaza comarcas del mismo ámbito. La carretera de Valdeprado, básica para dar salida a la aglomeración de Ponferrada hacia el Mar Cantábrico con una inversión mínima, es rechazada por la Junta, a pesar de estar resuelta en el lado asturiano. La restauración de la vía Ponferrada-Villablino, troncal en la red estructurante autonómica, no tiene plazos ni le dan urgencia. El Bierzo no existe para la Junta en materia de infraestructuras.
No parece que la promoción industrial reciba más atención. El polo alimentario, que prometió Juan Vicente Herrera, resultó un señuelo con el que despistar a los leoneses, mientras se desarrollaba otro en Valladolid y uno, ahora, en Medina del Campo. Por su parte, los dos millones de metros cuadrados de Compostilla continúan con un destino incierto como posible macropolígono industrial.
En el plano institucional, el reconocimiento singular de la comarca fue el Consejo Comarcal del Bierzo, creado en 1991 como organismo propio de la Junta de Castilla y León. 33 años después presupuesta unos 6 millones de euros, la mitad cedidos por la Diputación provincial, cuando la autonomía gestiona 2.700 millones de euros de la provincia de León. ¿Qué mísero futuro puede esperar al Bierzo dentro de Castilla y León viendo esto?