Fue Gregorio Pérez Demaría, que ha pasado a la historia como ‘El Cainejo’ –un pastor de la localidad leonesa de Caín, en el municipio de Posada de Valdeón–, quien acompañó e hizo de guía –se dice que descalzo– a Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós, marqués de Villaviciosa, en la primera ascensión al Picu Urriellu –algunos lo llaman Naranjo de Bulnes–, en los Picos de Europa, que escalaron por su cara norte, por la hoy llamada vía Pidal-Cainejo, el 5 de agosto de 1904.
De casta le viene al galgo: dos nietas suyas y primas entre sí, María Isabel Pérez Pérez y Teófila Gao Pérez –conocidas como ‘Las Cainejas’, claro–, con tan solo 18 y 15 años de edad respectivamente, siguieron los pasos de su abuelo y fueron las primeras mujeres en escalar el Urriellu, en el verano de 1935, con apenas una semana de diferencia, y ambas por la cara sur. La primera llegó a la cumbre –acompañada por su tío Antonio Pérez y el guía Alfonso Martínez ‘Fonsu’– el 31 de julio, y la segunda –con su padre, Domingo Gao, y dos vecinos de Bulnes, Rafael Mier y Juan Campillo– alcanzó la cima el 6 de agosto.
Dicho así parece hasta fácil, casi como quien coge el ascensor para subir a casa; pero escalar el emblemático pico de 2519 m, aún hoy, se las trae; no te digo ya en aquella época, con falda y alpargatas y sin equipamiento técnico…
Se acaban de cumplir, pues, noventa años, y la Federación de Deportes de Montaña lo ha querido conmemorar con la organización de las ‘Jornadas Mujer y Montaña 2025’ que tendrán lugar este fin de semana en Posada de Valdeón y en Caín; un reconocimiento impulsado por Ana Isabel Martínez de Paz, vicepresidenta de la federación autonómica –y que sabe bien lo que significa escalar el Urriellu, tras haber hecho cima en nada menos que 105 ocasiones–, y que culminará en la mañana del domingo, 21 de septiembre, con la inauguración de una escultura en homenaje a las Cainejas –obra del afamado Carlos Cuenllas– en la plaza de Caín. Si tienes ocasión, acércate. La ocasión bien lo merece.