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Nuestra ‘historia interminable’

26/02/2021
 Actualizado a 26/02/2021
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No es que tenga que ver con la película ‘La historia interminable’, aunque película es lo que estamos viviendo, sufriendo o padeciendo en esta provincia, no de terror, pero sí de preocupación.

El Hostal está en funcionamiento, pero su segunda fase, prometida, aireada, comentada, no arranca; ni creo que arranque nunca, al menos, y no solamente, por las trazas. Es hoy un edificio terminado, completo en sí mismo y con pocas, por no decir ninguna, posibilidades de ampliación. Eso sí, promesas, que son baratas, no faltan.

FEVE, también años y años de promesas, aportaciones económicas con cuentagotas para ir pasando el tiempo, obras más o menos importantes de urbanización de entorno, pero de la llegada a la estación, nada. En realidad está todo en un callejón sin salida. Para que llegue el tren de siempre, hay que cortar los pasos transversales a la vía, no puede ser de otra manera y para la llegada del tranvía, hay que aportar un montón de pasta y estructura administrativa completamente antieconómica en una red que es ya de por sí un pozo sin fondo, amén de una línea totalmente deficitaria y en declive. Pero promesas y arreglitos, también.

El Palacio de Congresos o los restos de un derribo, más bien. Millones invertidos para algo que, tal como va, nunca llegará a ningún sitio. Cierto es que, al menos, el pabellón,y algo más, está en funcionamiento. Al igual que FEVE, cada añito un goteo para terminar esto y aquello, pero de aquél Palacio de Congresos y aquella expansión del otro lado del río…

Y como no hay dos sin tres, que dice el refrán, aunque en este caso sea cuatro sin tres, se nos une al rosario de expectativas frustradas el centro logístico de Torneros.

¿Cuántos años hace que está a punto de iniciarse? Muchos, tantos como los de todos los demás, y, como todos los demás, va, pasito a pasito, unos eurillos este año, unas promesas este otro, amnesia en el siguiente. En fin, más o menos lo de siempre.

Y es que hacer un centro logístico, un gran centro logístico en esta provincia, no solamente es una magnífica idea, es que está en el sitio lógico para todo el noroeste. Tan lógico, que hasta los romanos, que de eso de infraestructuras y estrategia de control sabían un montón, estaban convencidos de ello, y por eso se colocaron en Astúrica Augusta, hoy Astorga, para, desde allí controlar todo el noroeste de Hispania. Menos mal que no han sido los únicos, que por aquí está Zara, Mercadona…

Dos millones de metros cuadrados bien servidos y comunicados por autopista y ferrocarril, un venticinco por ciento como polígono ferroviario para dar cabida a material motor, remolcado, contenedores, clasificación, y un setenta y cinco de plataforma logística para instalación de empresas.

Verdaderamente una inversión importante, más o menos un par de cientos de millones, que es mucho, pero que, seguro, resultaría una buena inversión teniendo en cuenta de qué se trata y dónde está, con cargo al erario estatal.

¿Qué es lo que hay presupuestado después de tantos años? ¿Y dónde estamos? Pues en algo parecido a mantener la llama de la esperanza y poco más: unos eurillos para el proyecto (que por algo hay que empezar), pero de esas inversiones, grandes inversiones, necesarias y prometidas, ná de ná.

Y para terminarlo de arreglar, como hay gente que se apunta a un bombardeo, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y muy precisamente en este caso, a la UGT de Pucela se le ha ocurrido que lo que hay que hacer es poner un centro logístico allí, sobre todo porque sería una magnífica ocasión para revitalizar la España vaciada.

Vaya. Me parece que no han debido de ver los números de población. En los años sesenta, León tenía unos quinientos veinte mil habitantes y Valladolid, más o menos, trescientos cincuenta mil. Hoy, León tiene algo menos de cuatrocientos sesenta mil y Valladolid… caramba, quinientos veinte mil. Es un concepto un tanto extraño de la España vaciada, o, mejor dicho, de la España que se vacía.

No sé si habrá lugar para dos centros, pero desde luego hay una cosa clara: León está más o menos a 300 km de Coruña, el norte de Portugal, Madrid, La Rioja, y todavía menos de Asturias, Santander, Salamanca o Burgos, lo que no se puede decir de la villa y corte autonómica.

Lo malo es que, como decía José María Suárez cuando era alcalde de la ciudad «el que está al lado de la vaca es el que la ordeña», y nos ha pasado tantas veces eso, que uno empieza a sospechar.

Lo veremos algún día, o será otra de nuestrashistorias interminables. ¿Nos van a tomar alguna vez en serio?

Por cierto: Y qué hay del corredor atlántico. Y de alguna otra cosa más.
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