Ni los hoteles hacen su agosto

La previsión para este mes es que los alojamientos turísticos de la provincia facturen menos de la mitad de lo que harían en un verano sin coronavirus

Víctor S. Vélez
06/08/2020
 Actualizado a 06/08/2020
Una habitación de un hotel leonés a la espera de ser ocupada. | MAURICIO PEÑA
Una habitación de un hotel leonés a la espera de ser ocupada. | MAURICIO PEÑA
En los 218 días que lleva contabilizados el 2020 ha quedado más que demostrado que este no es el año del turismo. El verano está siendo aciago para los datos de viajeros y pernoctaciones en la provincia leonesa y los hoteles y agencias de viajes no están haciendo 'su agosto'.

Las previsiones para este agosto, mes por excelencia de vacaciones, "pintan feo" y los hoteles de León prevén que su facturación caiga a menos de la mitad con respecto al mismo mes del año pasado. En concreto, desde la Unión Hotelera de León vaticinan una caída entre el 50 y el 60 por ciento de su volumen de negocio para el recientemente inaugurado octavo mes de 2020.

Manuel García, presidente de la Unión Hotelera, explica a este periódico que "agosto se presenta muy raro" y que su previsión es trabajar al 30 por ciento de ocupación durante este mes. "Esta semana estamos al 40 o 45 por ciento de ocupación, cuando en un año normal deberíamos estar por encima del 90 por ciento", indica el también director de los hoteles Conde Luna y Alfonso V.

Pese a estos cálculos, el mes comenzó algo mejor de lo esperado y este fin de semana se trabajó entre el 55 y el 60 por ciento de ocupación en los hoteles leoneses. "A día de hoy está bastante parado, aunque el fin de semana quedó medio decorado porque somos una ciudad de paso y los viajeros pararon de camino a Galicia, Asturias o Cantabria", valora el presidente de la Unión Hotelera.

"Mucha incertidumbre, reservas a última hora y sin buenas previsiones para el futuro" como tónica general de un sector que asegura estar cumpliendo escrupulosamente con las medidas sanitarias. Desde la Unión Hotelera apuntan que los alojamientos leoneses se enfrentan a "un año totalmente perdido". "Venimos de cuatro o cinco meses cerrados y seguimos temerosos porque dependemos de rebrotes y cómo se comporte la plaza. Esto no lo levanta absolutamente nadie y hemos notado que desde que se decretó el uso obligatorio de la mascarilla y las restricciones de horarios ha habido más cancelaciones", expone Manuel García.

Cerca y pocos días


Temores y sensaciones compartidos con las agencias de viajes, las cuales aseguran que están trabajando un 90 por ciento menos que en un año convencional. El presidente de la Asociación Provincial de Agencias de Viaje de León (Aprolav), Jerónimo Fernández, explica a este periódico que las cancelaciones son elevadas y que los clientes reservan "un par de días antes" de la fecha de salida.

El viaje estándar de este verano es "a destinos cercanos y de dos o tres días". Unas escapadas de las que primeros e informan en las agencias de viajes y deciden más adelante, también en base a la evolución de la pandemia. Los leoneses que se deciden a irse de vacaciones "se retraen mucho de viajar" a lugares donde está habiendo rebrotes, como es el caso de la costa catalana.

Los viajes continentales son "muy poquitos" y al resto del planeta han caído a "nada", en buena medida por miedo a medidas de cuarentena obligada a los ciudadanos españoles que puedan decretarse en otros países. Aquellos que adquirieron los vuelos a estos destinos en el primer trimestre del año han cancelado, mientras que aquellos que lo hicieron a las costas, Baleares y Canarias todavía los mantienen, "aunque suelen decidir a última hora".

Según Aprolav, que representa a 24 agencias de viajes de toda la provincia, se ha instalado "el virus del miedo" y el viajero leonés busca "destinos cercanos por si tiene que coger el coche y volver rápidamente". "Hasta que no haya un tratamiento efectivo o una vacuna no habrá estabilidad", vaticina Jerónimo Fernández.

Una esperanza de un sector que también lo es del resto de la sociedad. Una sociedad leonesa que quiere volver a viajar sin miedo y no dejar de recibir a unos turistas que son una de sus principales fuentes de ingresos.
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