Quienes devoramos las anteriores tres temporadas de Narcos, esperábamos como agua de mayo que llegase el desembarco de la serie de la droga a México. Y este viernes llegó. Lo ha hecho como una serie nueva, con otro hilo argumental y el mismo temazo de cabecera: ‘Tuyo’. Pero esta vez atrás quedan los cárteles de Cali y de Medellín y también el agente Peña. Ahora se cuenta la guerra de EE.UU. contra el narcotráfico en México desde sus inicios en los años 80. Los primeros asesinatos para controlar el mercado, las corruptas fuerzas del orden, los políticos pasivos y la población que soporta la violencia. En medio de todo eso está la DEA y su agente Enrique Camarena, papel que desempeña Michael Peña y quien comparte protagonismo con el narcotraficante Félix Gallardo, al que da vida el actor Diego Luna. Este último es el fundador del primer cártel de Guadalajara y tiene todos los ingredientes para ser un Pablo Escobar en potencia, con su lado humano y familiar incluido, aunque no llega su nivel.
La predecesora Narcos pesa y aunque las comparaciones son odiosas, en este caso son inevitables. La historia va ahora más lenta pero sigue fiel al estilo de este clásico de Netflix. En esta ocasión hay más sorpresa en la trama y es que todos sabíamos cómo iba a acabar Escobar pero no Gallardo, aunque sí conocemos a El Chapo Guzmán. Con todo ello, la continuidad parece que estará garantizada porque la cuerda llega hasta el día de hoy. Si te gustó Narcos, ándale y dale a Narcos: México, wey.