17/04/2015
 Actualizado a 11/09/2019
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Dicen que Albert Einstein dijo un día que «si las abejas desapareciera del planeta, al hombre solo le quedarían 4 años de vida». Aunque la cita no está confirmada, sí el papel de las abejas y otros polinizadores silvestres en la reproducción y fructificación de la flora silvestre y los cultivos. Los cultivos más nutritivos e interesantes para nuestra dieta se verían afectados de manera grave por un descenso en las poblaciones de insectos polinizadores. Las abejas nos dan mucho más que insustituibles productos como la miel, el polen, la jalea real, los propóleos, la cera e incluso su benéfico veneno.

El principal producto de las abejas es la polinización. Sin la polinización de los insectos aproximadamente un tercio de los cultivos que consumimos tendrían que ser polinizados por otros medios o producirían una cantidad de alimento significativamente menor. Bajaría la productividad de hasta un 75% de nuestras cosechas. Sin embargo, el número de abejas y polinizadores silvestres se estáreduciéndose en todo el mundo, pero en especial en Norteamérica y Europa. En los últimos inviernos según Greenpeace, la mortalidad de las colonias de abejas melíferas en Europa ha sido del 20% de media (con un amplio rango entre el 1,8% y el 53% de unos países a otros). Paralelamente en entornos agrícolas tenemos hoy la mitad de aves que tuvimos en 1980.

La mortalidad de la abejas y los polinizadores silvestres está asociada a múltiples factores como enfermedades o las especies invasoras, pero quizás habría que resaltar entre todos el impacto negativo del modelo de agricultura industrial. Este tipo de ‘agricultura’ utiliza de forma masiva y muchas veces incontrolada plaguicidas. Múltiples informes muestran que hay una relación significativa entre el descenso de las poblaciones y el uso de neonicotinoides y otros plaguicidas.

Distintas campañas internacionales están demandando la prohibicióndel uso de plaguicidas tóxicos para las abejas, comenzando por las sustancias más peligrosas autorizadas actualmente en la UE, es decir, los siete productos químicos prioritarios: imidacloprid, tiametoxam, clotianidina, fipronil, clorpirifos, cipermetrin y deltametrin.

La próxima vez que un polinizador zumbe a tu alrededor recuerda que muchos de nuestros alimentos dependen en gran medida de su trabajo. No olvides que estos insectos son clave tanto en los agrosistemas como en los ecosistemas naturales. Esta semana se estrena la película dirigido por Markus Imnhoof: «Mucho más que miel» (More than honey). ¡No te la pierdas y apoya la campaña mundial en favor de las abejas.
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