Miscelánea artística

‘Microespacios creativos’ reúne dieciséis propuestas, de otros tantos artistas, en el magnífico espacio histórico artístico del Museo Etnográfico del Palacio Torreón de los Pernía, en la localidad cepedana de Otero de Escarpizo

Joaquín Revuelta
30/08/2019
 Actualizado a 17/09/2019
‘Pendones’, de Jesús Martínez, es una de las piezas que forman parte de la exposición colectiva ‘Microespacios creativos’. | ILC
‘Pendones’, de Jesús Martínez, es una de las piezas que forman parte de la exposición colectiva ‘Microespacios creativos’. | ILC
El Departamento de Arte y Exposiciones del Instituto Leonés de Cultura (ILC) ha puesto en marcha una exposición colectiva que bajo el título genérico ‘Microespacios creativos’ se abre al público este viernes, con inauguración oficial a las 19:00 horas, en el magnífico espacio histórico artístico del Museo Etnográfico del Palacio Torreón de los Pernía, situado en la localidad de Otero de Escarpizo, en La Cepeda. La muestra se integra dentro del programa general de exposiciones del organismo dependiente de la Diputación de León, que se viene desarrollando en colaboración con ayuntamientos y juntas vecinales de la provincia de León.

En palabras Luis García, responsable del Departamento de Arte y Exposiciones del ILC y comisario de la muestra, ‘Microespacios creativos’ se plantea como «una visión miscelánea y mustidisciplinar que intenta aproximar de una forma directa y sencilla algunos de los enfoques creativos que conviven entre sí en estos momentos actuales de gran complejidad, apertura y diversidad».

Para García la muestra se convierte así «en un conjunto de piezas que podrían sugerir un rico y diverso palimpsesto de enfoques, planteamientos y visiones creativas y artísticas».
En opinión del comisario de ‘Microespacios creativos’ conviven en esta exposición obras que técnicamente son tradicionales, como pueden ser el dibujo, el collage, la vidriera o el grabado, con otras vinculadas directamente al ámbito de la fotografía digital y los procedimientos tecnológicos más actuales. «se muestra al mismo tiempo algunos ejemplos de varios momentos esenciales o interesantes de nuestra historia artística más próxima, con un amplio rango espacio temporal», sostiene García, que cita por ejemplo la obra gráfica ‘Peineta II’, de la que destaca «su tremendo esquematismo lineal y evocación tradicional, editada por el leonés José Sevillano, del artista internacional recientemente fallecido Eduardo Arroyo». García también se refiere a la propuesta de la artista berciana Ángela Merayo, «una pintura elaborada con técnica mixta de gran fuerza expresiva y cierto sentido espacial, que se podría insertar en el territorio de las relecturas informalistas».

Otro artista presente en la exposición de Otero de Escarpizo es Cosme Paredes, el escultor ecuatoriano que trabajó con Guayasamín, que en este caso –señala García– «desarrolla su trabajo en el territorio escultórico figurativo a partir de formulaciones técnicas vinculadas a Julio González y Pablo Gargallo». El comisario sitúa en el mismo espacio creativo, «aunque con un enfoque mucho más esquemático y simplificador», la aportación de Javier Robles. Por lo que respecta a José Antonio Santocildes, presenta una creación instalativa integrada por varios elementos que hacen referencia «a una visión ‘neopop’ de la naturaleza, incorporando un gran cambio de escala que genera un efecto sorpresivo muy intenso».

Andie Schmidt, militante ecologista integrante del movimiento Arcoíris hace muchos años, «se inspira en la naturaleza y realiza en talla directa sus esculturas en piedra, obras de gran sencillez inscritas en la escultura clásica de bulto redondo, con un tratamiento muy esquemática», sostiene García, para quien Jesús Martínez «quedó marcado por el efecto del movimiento y los elementos en equilibrio del magnífico creador Calder», así su obra en este caso hace referencia a un elemento tradicional, al pendón, dando origen a una instalación aérea «de gran efectismo y colorido». Por su parte, la joven creadora Paula Llana utiliza un material pobre como elemento de formulación de una figuración, sugerente, evocadora y muy poco descriptiva, planteándonos «una visión muy interesante por medio de una instalación de varias figuras de pequeño formato que generan un juego espacial, lúdico y participativo en el espacio expositivo». La obra con una carga feminista, evocadora de espacios íntimos surge con intensidad en el collage y dibujo de Reme Remedios, «una formulación mínima en la cual la línea se convierte en la clave esencial de la construcción plástica».

La investigación técnica y experimental viene de la mano de la obra gráfica de Mónica Jorquera, «la máxima intensidad simbólica, surreal y mágica se hace presente en su trabajo por medio de la minuciosidad y elaboración exquisita». El espacio fotográfico que transita entre lo real y lo imaginario está presente en la obra Carlos Pérez, «que nos traslada al territorio de lo equívoco para generar nuevas percepciones y realidades». Carlos García Berguío nos lleva, con su vidriera de grisalla y un acabado técnico perfecto, al pasado «con una composición exquisita de tradición barroca». La fotografía descriptiva de espacio urbanos emblemáticos se hace presente con gran intensidad en la obra de Sofía Sanz, «alcanzando un punto de composición casi abstracta». Patricia Núñez experimenta con el cuerpo humano en relación a la percepción del mismo, su descripción y la concepción espacio-temporal que surge de forzar los límites de la captura de imágenes. Virginia del Arco, creadora vinculada al espacio natural y a la ecología, «genera una serie de construcciones pictóricas de amplia complejidad que se mueven en el territorio del textil, el collage y la pintura en sí misma. Obras de una gran complejidad técnica y gran laboriosidad que parten del reciclado de materiales impregnados de memoria histórica. Por último, el creador más joven, 16 años, Samuel Miranda, parte de la apropiación fotográfica para crear sus obras, «obras de gran sencillez, muy directas e impactantes, que en este caso retrata al poeta Leopoldo María Panero, apropiándose de una fotografía de José Ramón Vega, una instantánea para la historia de la fotografía», concluye García.
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