Menos mal que alguien es normal

11/12/2019
 Actualizado a 11/12/2019
a-la-contra-11-12-2019.jpg
a-la-contra-11-12-2019.jpg
Cuando inútiles irredentos y petardas sin oficio tomaron las pantallas de las televisiones, cobrando cuatro perras por contar sus miserias –que son muchas–, nos asoló una plaga que nos perseguía a cualquier parte que ibas para hacer un reportaje. Siempre aparecía alguien que te preguntaba aquello de «¿y cuánto pagáis por dejarme hacer fotos?».

- Una sonrisa.

No se nos ocurría otro pago y mira que la gran mayoría tenía muchos más méritos que quienes han hecho su modo de vida el airear sus partes íntimas y ser pillados en una playa perdida, que estaría perdida pero sabía media España que estaba allí, posando con absoluta naturalidad.

Cuando los asesores de imagen recomendaron a nuestros políticos en campaña que se mostraran cercanos vino la segunda de las plagas: estos no querían cobrar pero sus adláteres te insisten en que los saques con la mayor naturalidad cuando suben al tractor o le dan de comer a un ternerín una paja que si la come cae fulminado, pues era la de mullir el suelo.

Menos mal que en todas partes aparece alguien razonable, en este caso una vaca que permanece ajena al espectáculo y ella sí te regala una imagen cargada de naturalidad y quiere probar a qué sabe esa cámara que algo tendrá pues todos se dan codazos por salir en ella.
Lo más leído