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Mencía modo 'pre-congelation'

12/12/2014
 Actualizado a 18/09/2019
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Reconozco que no soy nada fashion, que no sigo las tendencias, que siempre llego tarde a lo más chic. Y que ni siquiera se si la palabra chic, es chic.Que ahora que sí ha llegado el frío, escucho esas recurrentes conversaciones sobre el cambio de armario y nunca tengo nada que aportar. Porque mis ropas de temporada otoño-invierno, primavera-verano y todas esas combinaciones posibles, me caben en un solo armario y todavía me sobra hueco para las sábanas.
Que cuando hace tiempo que se habla de la realidad 3.0 y 4.0, yo estoy todavía intentando ver si me entero de que va la 2.0. Que cuanto creía tener claro que el tinto mencía se servía a temperatura de bodega, algunos restaurantes se han subido a una nueva ola en estas Jornadas Gastronómicas del Bierzo y te traen a la mesa la botella abierta y en modo pre-congelation.
Las modas no son lo mío, pero tampoco es que me encuentre mucho más cómoda en la sección tradiciones. Existe esa protocolariamente boba de hacerse la foto del traspaso de cartera cuando un alto cargo cambia por otro. Por ejemplo, te destituyen de consejero de Sanidad de Madrid por decir una sarta de gilipolleces sobre Teresa y el ébola. Y al día siguiente posas sonriente pasándole el maletín al siguiente.
Y estaba también esa otra tradición de engalanar el Palacio de la Moncloa a todo lujo para Navidad. Que ahora se ha sustituido por la moda austera de la mujer del presidente colgando ella misma las bolas del abeto. Entonces aquí ya me pierdo del todo y no sé si soy de tradiciones o de modas.
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