Comenzó disfrutando de las obras que se encuentran en el Museo del Prado, viendo las pinturas que representaban la profundidad de los espacios y su preocupación, como ella misma dice es: «mi principal motivación a la hora de pintar es alcanzar la magia de pasar de la superficie plana del lienzo al espacio tridimensional de la obra representada». Teresa tiene mucho aprendizaje y un gran trabajo tras de si. Pintando lugares y objetos complicados ha llegado a la sencillez de las flores, magnolias, hibiscos, amarilis…, librándose de vanos aditamentos que nada aportan a la escena. Los bodegones y las naturalezas muertas son las temáticas preferidas para llevar al lienzo y lo hace de un modo extraordinario y con los planteamientos que ella comenta: «me planteo los bodegones como escenarios teatrales donde los objetos escogidos ocupan su lugar en el espacio. La iluminación ya sea tenue o intensa, define la corporeidad de los objetos y el espacio que ocupan en la composición... La luz del claroscuro engloba los objetos y la luz del color los individualiza y aísla».Sus piezas tienen esa sencillez que muestra flores u objetos en los que con una luminosidad y colorido llenos de vida y energía y además duplica el carácter y la fuerza de su imagen con los reflejos sobre el cristal de su base o sobre cualquiera de sus objetos, ello requiere una excelente labor de planificación y puesta a punto como ella indica: «Desde que elijo los objetos por su forma, tamaño, color, textura, brillo, transparencia, hasta que los ordeno en el espacio y los ilumino para que se hagan presentes, siempre tengo en mente la composición y el equilibrio de los elementos... Todo el oficio, el de la técnica del óleo y el de la representación del espacio está en función de transmitir mis códigos personales de belleza, y de potenciar el encanto que puede existir en cualquier objeto que me rodee». 
Sus fuentes de inspiración, aparte de la realidad son en gran parte los clásicos del barroco, como nos comenta: «Y siempre tengo como referencias la riquísima tradición pictórica de bodegones que llega hasta nuestro días, y donde están: Sánchez Cotán, Zurbarán, Caravaggio, Claesz, Luis Meléndez, Chardin, Fantín-latour, Muñoz Vera, Claudio Bravo... Al margen de este género, hay pintores por los que siento especial predilección, como es el caso de Vermeer, Madrazo, Carlos de Haes, Ingres...».La pandemia ha impedido que esta exposición, que se iba a realizar en la Semana Santa de 2020 no fuera posible llevarla a cabo y han tenido que pasar dos años para que se llevara a cabo. Eso significa que las presentaciones de su obra se han paralizado de algún modo, sin embargo la parte positiva es el tiempo que ha tenido para trabajar sobre su obra, siendo más selectiva con ella.
Una exposición de muy buen gusto que se presenta en la galería Sharon Art hasta el 3 de mayo del presente año.