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'Me gusta' en el museo

15/04/2019
 Actualizado a 15/09/2019
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Prácticamente todos llevamos hoy en el bolsillo un teléfono móvil con más potencia que los ordenadores con los que se mandó al primer astronauta a la luna y en el que ya no hace falta ni teclear porque se le puede dar órdenes con la voz par que busque ello o aquello. Es muy cómodo. Tú le dices, por poner un ejemplo, «guerra Ucrania» y el aparato responde con una retahíla de datos sobre la cuestión, que te deja más tranquilo y enterado. Esto tiene una ventaja, que es que te permite aprovechar al máximo otras funcionalidades del aparato como la cámara de fotos. Que te busquen y canten lo que no sabes ahorra tiempo de búsqueda y lectura para hacerse las fotos con una expresión adecuada al lugar en el que se hace el ‘selfie’. No vaya a ser que luego salte el troll en las redes y quedemos de pardillos.

Cuento todo esto porque hace poquito tuve la suerte de asistir a una clase magistral o masterclass del uso de esta funcionalidad. Fue en el Museo de León, en la exposición ‘Mujeres en conflicto’ de JM López, una cruda maravilla de imágenes y textos. Tres turistas habían entrado a la sala, buscaron la fotografía más fotografiable y se hicieron la foto con ella. Una chispa de no sé si pudor o de lo que sea les hizo informarse un poco antes de publicarla en sus redes. Un pudor que no llegaba para leer el texto que acompañaba a la imagen, un pudor de 15 minutos que fueron los que estuvieron en la sala.

Por fortuna para la gente que expone y muestra al mundo el fruto de su dedicación, el caso anterior no es la norma, aunque cada día sea más habitual.

Todavía hay muchas personas que toman notas, preguntan, reflexionan con sentido crítico y comparten calmadamente y sin prisas esos conocimiento y experiencias para profundizar en el tema que sea.

Y un ‘me gusta’ suyo vale más que mil visitas.
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