Mayoría absoluta, valor relativo

Se entiende que todos los partidos políticos quieran obtener mayoría absoluta, aunque parece que cada vez resulta más difícil de conseguir. Los recientes resultados en Andalucíason una excepción. Se dice que el talante del candidato, su cercanía al pueblo y su buena gestión le han hecho merecedor de estos buenos resultados, que ni siquiera él mismo esperaba. A esto hay que añadir las ganas que algunos tenían de castigar al actual presidente del Gobierno. Sin duda es más cómodo gobernar sin tener que pactar con nadie.

Dicho esto, cabe señalar que las mayorías absolutas pueden resultar muy peligrosas, si no se utilizan con criterios éticos, si se convierten en una dictadura encubierta. ¿Se imaginan a uno de esos gobernantes que pactan con quien sea con tal de mantenerse en el poder, si tuvieran mayoría absoluta? Podría ser el fin de la libertad y de la democracia.

Volviendo al caso de Andalucía, que puede ser extrapolable al resto de España, es presumible que el Señor Moreno Bonilla realice una buena labor en favor de Andalucía y que se sienta más libre a la hora de gobernar, sin necesidad de contar con la colaboración de Macarena Olona. Entendemos que Feijoo aspire también a gobernar sin necesitar el apoyo de Abascal. Sin embargo, sobran razones para que muchosdeseen que no saque mayoría absoluta. Porque tan grave es gobernar con rodillo parlamentario como desaprovechar el poder concedido por el pueblo.

Nadie critica al Partido Popular en la medida en que gestione bien la economía, pero sí se le puede criticar que centre todos sus esfuerzos en lo económico y desatienda otras parcelas muy importantes, de tal manera que hay asuntos cruciales en los que no hay diferencia entre la izquierda y la derecha. En un tema tan grave como es la defensa de la vida, el Partido Popular también legitima la muerte de inocentes en el seno de la madre. Cuando Ruiz Gallardón presentó una ley del aborto bastante menos cruel que la de los socialistas, Rajoy pegó un puñetazo en la mesa e impidió tramitarla. En cuanto a la condescendencia con los separatistas, la aceptación de la ley de memoria histórica y otras ideologías… se acomplejan y no mueven un dedo para cambiarlas. Ni siquiera con mayoría absoluta.

Parece, pues, normal que haya una parte del electorado de derechas muy descontenta y que surjan nuevos partidos que traten de evitar tanto mayorías absolutas totalitarias como mayorías acomplejadas y cobardes a la hora defender los más grandes valores.