Mascarillas, una barrera que no deja leer los labios

Claves para frenar al Covid-19, se revelan como un obstáculo más para las personas que sufren problemas auditivos

C. Centeno
28/09/2020
 Actualizado a 28/09/2020
Mario junto a un peluche con mascarilla transparente en la nueva sede de Asfas. Ellos no las utilizan porque no están homologadas. | MAURICIO PEÑA
Mario junto a un peluche con mascarilla transparente en la nueva sede de Asfas. Ellos no las utilizan porque no están homologadas. | MAURICIO PEÑA
Imagine que una pandemia corta de forma radical su rehabilitación. Que tiene que ver a la persona que le ayuda a mejorar su comunicación a través de una pantalla. Que fuera de casa y hasta en el colegio todo el mundo lleva puesto un desconocido elemento que cubre nariz y boca. Y que uno de sus grandes recursos para poder relacionarse es el apoyo visual. El Covid-19 y el uso de las mascarillas para frenar su expansión han supuesto una doble barrera para las personas que sufren sordera, que suman a su problema auditivo la falta de una de sus grandes herramientas: leer los labios.

Desde la Asociación de Familiares y Amigos del Sordo de León (Asfas) ponen sobre la mesa las principales dificultades a los que se enfrentan las personas con sordera en esta ‘nueva normalidad’, además de insistir como está haciendo el colectivo a nivel nacional en la «necesaria» homologación de las mascarillas transparentes, que permitan protegerse del virus pero dejen ver los labios. Uno de los obstáculos está en la educación, asegura María López, vocal de la organización y madre de un niño de siete años con implante coclear bilateral. «Cualquier niño se ayuda de los gestos o del entorno, pero estos en concreto necesitan este apoyo el doble y lo han perdido», explica. Sin el soporte visual de los labios y teniendo en cuenta que «no todo el mundo habla con gestos», la vuelta al ‘cole’ de las mascarillas se está revelando especialmente complicada para ellos. No solo por la «pérdida de información» que supone que tanto el profesor como los compañeros tengan la boca tapada, también por el «problema añadido» derivado de que «estén reduciendo en vez de ampliar las horas de estos niños con profesionales de audición y lenguaje, de pedagogía terapéutica o intérpretes de lengua de signos, que desde hace unos años están haciendo un trabajo excelente para el apoyo personificado de cada uno de ellos», explica. Estos especialistas se encargan, por ejemplo,de que entiendan un texto o puedan comprender un problema de matemáticas, defiende María, «porque estos niños tienen dificultades de comprensión por el tema de haber tenido un retraso lingüístico y auditivo».

Asfas reclama más horas de apoyo en los colegios para compensar la "pérdida de información" que sufren los niños por las mascarillas  Para Mario, su hijo, había solicitado una ampliación de este tipo de apoyos en el colegio, pero por el momento lo verá reducido una hora a la semana. «Ya que no podemos ver con las mascarillas y no tenemos la capacidad de seguir con la herramienta visual, al menos que no reduzcan horas con los intérpretes, que al final son los profesionales que les pueden sacar de esta situación», reclama. Que les quiten tiempo con ellos «no ayuda nada», confiesa María lamentando que «todos los factores están en contra» y pidiendo que la igualdad de oportunidades sea «real».

A pesar de que los implantes cocleares de Mario permiten que «en el entorno familiar mi voz o la de su hermano las entienda bien», cuando sale de ese círculo «es cuando tiene problemas». En estos primeros días de colegio con mascarillas, ha detectado por ejemplo que «pinceladas como que tiene que llevar el libro de inglés él no me las dice porque no lo ha entendido, o me dice que le explicó la profesora algo y de lo que le explicó a lo que él ha entendido hay un abismo», ejemplifica. Ante ello, «el niño lo que hace es desconectar, como no te entiende, no te escucha y no tiene otro apoyo pues no contesta, se evade y al final se mete un poco en su mundo y es ir para atrás», asegura.

La dificultad se agrava, cuenta, en niños «que no solo tengan problemas auditivos, si no otra patología asociada como Trastorno del Espectro Autista (TEA) o parálisis cerebral», en esos casos «se nos complica mucho el aprendizaje si no tienen un apoyo que para ellos es vital», afirma.

Ante ello piden, además de aumentar las horas de refuerzo a los niños en los colegios, que las mascarillas transparentes sean «para todo el mundo», como fórmula de protegerse contra el virus sin que supongan una barrera para el colectivo.

Los 33 niños que forman parte de Asfas León –que ha cambiado de sede del consultorio de Villaquilambre a las escuelas de Villasinta de Torío a causa del Covid-19– reciben sesiones de Logopedia y trabajan con intérpretes de lengua de signos y profesionales de audición y lenguaje. Además, desde la asociación intentan «extender» la lengua de signos a más ámbitos para que llegue a la población en general, aunque «muchas veces te encuentras con que la gente al no verlo necesario por decirlo así, no invierte el tiempo en aprenderla», explica María. Con este objetivo, proponen una extraescolar sobre lenguaje de signos «para que se pueda aprender, porque no llega a la gente y no se animan», lamenta. A través de Asfas realizan diferentes cursos de lengua de signos bimodal –que combina habla con signos simultáneamente– con la Universidad de León o en algunas localidades como La Virgen del Camino. «En volúmenes pequeños los cursos tienen muy buena acogida, pero necesitas horas, por eso no llega a otros niveles que no sean profesionales que quieren ampliar sus conocimientos para trabajar con estos niños en educación», asegura defendiendo que así se lograría una mayor inclusión del colectivo.
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