No era un partido para bordar el fútbol o enlazar jugadas de múltiples toques, sino de esos en los que toca tirar de seriedad, no conceder nada y aprovechar las seguramente pocas ocasiones que se te presenten.Y esos objetivos los cumplió de sobra una Cultural que supo bajar al barro, ese que a partir del cuarto de hora empezó ya a ser predominante sobre el césped de Miramar, y terminó imponiéndose por 0-2 al Marino de Luanco, colista de un subgrupo en el que los leoneses duermen como líderes y cierran la primera vuelta con un balance de 16 puntos de 27 posibles y una sola derrota.
Oficio demostrado, pues los leoneses supieron jugar el partido que tocaba y sólo en el tramo final ya con 0-2 el Marino tuvo sus dos únicas llegadas con peligro, y regalos aprovechados, pues Sergio Marcos recién iniciado el partido y Héctor Hernández en los primeros compases de la segunda mitad, ambos en disparos sin apenas ángulo, castigaron dos errores defensivos con los goles que acabaron provocando que los tres puntos cayeran del bando leonés.
Tras un centro de Bravo, Iván casi se mete en propia y acabó dejando su despeje en las botas de Sergio para el 0-1Buen arranque de año para la Cultural y desde luego también de partido, pues fue en el minuto 3 cuando se puso ya por delante. Llegó el 0-1 después de una conducción por el medio de Pipo, que abría a la derecha para un Bravo que participó en los dos goles y que ponía un centro en el que, al ir a despejar sin ningún atacante cerca, Nino se hacía un lío, primero casi se metía el balón en propia y aunque al final lo sacaba (los jugadores culturalistas ya reclamaban que había entrado), su despeje iba hacia las botas de Sergio Marcos, que de primeras y muy escorado hacia la izquierda, en un disparo nada sencillo pese a estar la portería casi vacía, adelantaba a los leoneses.
Era la mejor forma de empezar un encuentro que, de ahí al descanso, pasó a ser el imaginado: uno en el que apenas había oportunidades, en el que el peligro estaba principalmente a balón parado y los balones largos y divididos predominaban sobre las circulaciones.
Y ahí brillaron por encima del resto Rodas y Castañeda, dos colosos que hacían que más allá de una nueva mala salida de Zubiaurre, que de nuevo golpeaba al aire muy lejos de su portería y a punto estaba de cometer penalti, el Marino no generara ningún tipo de peligro en toda la primera mitad.
Sí creó algo, aunque poco pues ni mucho menos vivía en área rival, la Cultural, primero en una falta en la frontal de Sergio Marcos que tras pegar en un defensa se iba fuera por milímetros, y luego en dos córners seguidos, en uno de los cuales el portero sacaba el cabezazo de Montes, siendo en el otro un defensa quien evitaba que entrara el remate de Rodas.
En el 0-2 Dioni ganó línea de fondo y asistió a Héctor, que vio al portero tapar el centro y le marcó por el primer palo El partido parecía controlado, pero en ese punto dados los condicionantes del terreno de juego en el que sabes que cualquier acción aislada o error puede ser letal ya que será difícil volver a desnivelarlo. Pero este volvieron a cometerlo los asturianos.
Porque en el minuto 52 Bravo combinaba con Dioni, este ganaba línea de fondo y tras un amague para evitar que el defensa cortara ponía un pase atrás. Dentro del área pequeña pero escorado hacia la derecha recibía Héctor, que levantaba la cabeza, veía al portero tapar el centro y dejar su palo libre, y ponía un disparo con el exterior hacia ese hueco que acababa en el fondo de la red.
Con 0-2 Héctor se topó con el larguero y Matador fue expulsado por una patada a Dioni sin el balón en juego El 0-2 era más tranquilizador. Y si bien la sentencia no llegó cuando Héctor, tras un robo de balón de la Cultural y un gran pase entre líneas de Pipo que le dejaba mano a mano ante el portero, se estrellaba esta vez con el larguero; sí lo hizo tres minutos después, en el 66, al quedarse con diez el conjunto asturiano por una patada tremenda del exculturalista Nacho Matador a Dioni, cuando el balón ya no estaba en juego pues el árbitro había señalado una falta anterior, que le costaba la segunda amarilla.
Eso sí, en esa situación y aunque en ningún momento dio la sensación de poder meterse de nuevo en el partido, sí que llegaron las dos únicas oportunidades del Marino en el partido. ¿En la primera? Zubiaurre hacía lo que no había hecho Grana, tapar su palo en un disparo dentro del área. ¿En la segunda? Galas se lanzaba para tapar el tiro en posición clara de Nino.
Dos coletazos que por el medio tuvieron un disparo atrapado por el guardameta de un Dioni que fue a más con el paso de los minutos y estuvo omnipresente volviendo loca a la defensa, y un gol anulado por fuera de juego a Toni Abad, que se había incorporado bien desde atrás.
Los deberes estaban hechos. Al otro fútbol, ese que no brilla tanto pero da o quita objetivos, demuestra que ya sabe jugar también la Cultural.