Manjarín existe

El nombre de la mascota gastrónomica rescata del olvido al pueblo y su hospitalero

Fulgencio Fernández
21/01/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Los peregrinos que atraviesan esta complicada etapa del Camino de Santiago son los únicos que van rompiendo el silencio y el olvido de Manjarín.
Los peregrinos que atraviesan esta complicada etapa del Camino de Santiago son los únicos que van rompiendo el silencio y el olvido de Manjarín.
Cuando todavía vivía gente en los pueblos leoneses, en los años 60 del pasado siglo, Manjarín y su vecino Labor de Rey ya supieron lo que era la despoblación, el abandono y la soledad de convertirse en tierra de piedras y ortigas. En 1964 los dieron por deshabitados y sólo eran noticia cuando había maniobras militares que provocaban algún fuego o alguna protesta. Incluso los peregrinos evitaban ese tramo, por lo duro y por la ‘difícil convivencia’con las maniobras militares.

Pese a estos recelos de los peregrinos su origen se cree vinculado a ellos, al ermitaño y monje Gaucelmo y su alberguería para peregrinos, aunque su origen podría ser anterior. Han pasado 10 siglos y su destino está ligado a un moderno ermitaño y caballero templario y su curiosa hospedería, Tomás Martínez de Paz, apodado el último templario cada vez que aparece en algún reportaje.

Estuvo allí en el siglo XI el ermitaño Gaucelmo y su alberguería; y en el XXI el ‘ermitaño’ Tomás el hospitalero Pero es ir muy deprisa. Antes del hospitalero fue Manjarín «el pueblo deshabitado» durante 30 años, de 1964 a 1993. Perdonen que les cuente una historia personal, del año 90 aproximadamente, cuando fui con Mauricio Peña para hacer un reportaje de los pueblos abandonados (con Labor de Rey). Primavera. Cinco horas sentados a la sombra de una tapia para que el sol llegara al sitio preciso para hacer una foto del cementerio, no pasó nadie. La imagen hace que merezca la pena la espera pero Peña no la encuentra. Bajamos a Labor de Rey y cuando buscábamos restos comienzan a sonar disparos. De nuevo a la tapia. Había maniobras, ni un anuncio, ni nada... «Está puesto en tablón de anuncios del Ayuntamiento, haberlo mirado».

Hasta que en los años 90, en 1993, llega el singular «templario». Lo recordaba David Rubio en el libro ‘Personajes leoneses’: «Seas o no peregrino, llegar a Manjarín es toda una experiencia. Te dan la bienvenida dos ocas, a las que se aconseja no acariciar porque puede que estén poniendo y puede, incluso, que los habitantes de este pueblo antaño abandonado estén esperando sus huevos para hacerse la cena.

Non Nobis Domine, es el lema de los que allí viven. Significa ‘Oh, Señor, no para nosotros’, un alarde de altruismo. Sin embargo, el que tiene la llave del vino es Tomás Martínez de Paz, el hermano Tomás para los peregrinos, que terminan recordando su visita a Manjarín mucho más que cualquiera de las ciudades o monumentos que ven por el Camino.

«Si hubiera sido más conformista, ahora estaría forrado», dice él, en una más de las contradicciones que el visitante encontrará en Manjarín, donde el hermano Tomás se instaló en 1993. «Fue entonces cuando se fundó la congregación», anuncia con solemnidad. Se refiere a la Orden del Temple Resurgida, de la que él es el representante en el Bierzo. Son «universalistas, apolíticos y aconfesionales. Ni el arca, ni el grial, tuvo la honra de poseerlos nuestra Casa de Ponferrada, pues están a buen recaudo como otros objetos sagrados, entre ellos los estandartes, que ustedes han utilizado de forma carnavalesca.

Bendice la mesa con una larga espada; los flashes de los peregrinos se disparan al momentoPor eso, el hermano Tomás y los otros templarios que le acompañan están en el Camino de Santiago «para reforzar espiritualmente al peregrino». Quizá por eso bendice la mesa con una larga espada, momento en que los flashes de los peregrinos inmortalizan la escena».

Todo un personaje, cuyas andanzas, palabras, imágenes, recorren el Camino y vuelven a poner a Manjarín en el mapa. Una expresión de un peregrino, Vidal Andrés, de paso esta semana por el lugar, lo explica muy bien: «Cuando uno es multitud, porque he escuchado hablar a todo el mundo de Tomás ... y solo es uno. Y encima no está».

No estaba entonces... llegaría, a no ser que hubiera ido a Fitur.
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