Maneras de vivir

Ser o no ser. Y él eligió ser. Hace unos días conocí a Publio, un jovenzuelo de más de sesenta que no arrastra los pies al andar pero sí hace camino en sus pasos. De Babia se marchó a los 16 ya hace algún tiempo porque, como hoy, «la mina y la ganadería estaban en crisis». Sin hablar una palabra de francés, viajó a París y trabajó en distintos oficios hasta montar su propia empresa. Vivió en Francia más de 40 años y al jubilarse, volvió al Bierzo. Deshacer los pasos de uno, regresar, no es fácil. Las cosas cambian; las personas que estaban, se han ido y deshacer el equipaje puede ser más pesado que la propia maleta cargada con los enseres de toda una vida.

Bien podría vivir del recuerdo, pero él eligió seguir siendo. Se apuntó a la Escuela de Idiomas con un nuevo reto: aprender inglés. «¿Por qué quieres aprender otro idioma?», le pregunto. «Muy sencillo, para poder hablar con mis dos nietas norteamericanas», responde. Y empiezo a entender.

Incansable, crea la Asociación de Alumnos de la Escuela, hoy con casi 400 estudiantes. Con ella impulsa en Ponferrada los programas de conversación con nativos, el teatro multilingüe, el cine fórum en versión original o las tertulias literarias. «¿Qué te queda por hacer?», le digo, a lo que contesta: «Mucho. Lo más importante conseguir un programa de Español para Extranjeros».

Al despedirme, me pregunto si Jonas Jonasson le robó la idea de ‘El abuelo que saltó por la ventana y se largó’, y sonrío. Gracias a él sé porque lo ‘vintage’ está de moda y que la historia se repite. Solo me queda canturrear, de Shakespeare a Rosendo, «descuélgate del estante y si te quieres venir, tengo una plaza vacante; maneras de vivir».