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Malversar a su manera

15/04/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Una profesora americana que tuve en Salamanca, que aunque era de Los Ángeles llevaba muchos años viviendo en nuestro país y entre otras cosas impartía asignaturas y seminarios de política, decía que los españoles somos «muy de defraudar», que cada uno «malversa a su manera y coge lo que puede, pero cuando tiene la ocasión apaña». Imagínese cómo se las gasta la californiana para venir a nuestra España a decir con rotundidad a grupos de universitarios y alumnos de máster que todos somos unos ladrones. Porque siempre cometió el pecado de generalizar.

Metidos de lleno en campaña y con dos citas electorales a la vista, en los bares y en las redes sociales –que son más o menos la versión moderna de las barras de bar de toda la vida– se habla de candidatos, de aspirantes y de intereses. Y salta a la vista que lejos del propósito utópico de servicio a la sociedad, muchos, ya demasiados, ponen su nombre en una papeleta porque lo que quieren directamente es vivir de la política o ganar más dinero; pero sacar algún provecho económico. Y si no me cree, algún día ya cambiará de opinión.

Hablaba de esto de trincar y de lo que decía mi profesora americana de Comunicación política cenando el sábado en un restaurante del Sur de León. Y qué casualidad que en la mesa de al lado, una pareja de unos cincuenta pero recientemente formada pedía la cuenta haciendo una petición al personal: –«Me lo pones partido en dos cuentas, una con fecha del lunes y otra del miércoles, así se lo cargo al jefe». Lógicamente y de manera educada le dijeron que el equipo informático no les permitía alterar las fechas. Aún así, el empleado caradura empeñado en robar a su empresa sugirió que le hicieran las notas a mano.

Este elemento y otros miles son los que se llevan bolígrafos, folios y calculadoras de la oficina, material sanitario de la consulta de enfermería, los rollos de papel higiénico de los baños públicos o la fruta a granel del supermercado. Pero nos llevamos las manos a la cabeza por el alcalde que cobra mucho, el diputado que cobra aún más o el tipo que se lleva una comisión sin darnos cuenta en toda la gente que malversa a su manera.
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