El concejal de Infraestructuras y Participación Ciudadana, Eduardo Tocino, y la concejala del barrio, Aurora Baza, han visitado el entorno ferroviario acompañados por representantes de la Asociación de Vecinos ‘Quevedo’ y de la cofradía Santo Cristo del Perdón en la que han reiterado la petición de retirada de las viejas instalaciones de mercancías.
Los terrenos fuera del soterramiento propiamente dicho no reciben ningún tipo de inversión ni mejora más allá de la inversión garantizada en 2015 por el anterior gobierno. El soterramiento es la primera fase e imprescindible para que la funcionalidad de la línea entre Madrid y Asturias recobre la normalidad y continuidad tras convertir a la estación de León en un fondo de saco y penalizar a Asturias con 20 minutos más en los viajes. Lograda una inversión en su momento, no se han registrado nuevos avances en la superficie del soterramiento ferroviario a pesar de que en otras ciudades el cuidado de los entornos está siendo objeto de atención.
En León se mantienen las viejas y abandonadas instalaciones de lo que era la zona de mercancías, que no han sido retiradas y se desconoce aún la previsión sobre ello, quedando una imagen de entorno urbano central pero degradado, y lleno de viejas instalaciones con amianto, chatarra y escombros.
El Ayuntamiento de León ha solicitado en las reuniones mantenidas con Adif la retirada de estos elementos, si bien los vecinos quieren que se continúe demandando hasta conseguirlo, dada la falta de avances al respecto. Los vecinos se han reunido con el concejal de Infraestructuras, Eduardo Tocino, y la concejala del barrio, Aurora Baza, para pedir que el Ayuntamiento continúe reclamando la actuación, como así hará, con el fin de darle una solución al problema. Algún vecino ha calificado esta zona del área de mercancías como “zona cero”.
El Ayuntamiento reiterará dicha petición a Adif solicitando el ajardinamiento y urbanización de los espacios abandonados, al igual que se realiza en otras ciudades como en la estación de Girona, que ha tenido una inversión de dos millones de euros y ha convertido un espacio muerto y en mal estado, en una zona agradable para el disfrute de los vecinos.