"Los refugiados deben saber cómo vivimos, tienen una idea muy estereotipada"

Noelia López Albarración, responsable de la gestión del voluntariado de Accem

L.N.C.
22/03/2021
 Actualizado a 22/03/2021
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Hay dos signos que son comunes en la mayoría de los refugiados que llegan a España huyendo de la persecución de la que han sido objeto por sus ideas, sus creencias o sus diferencias de género. O por la violencia o la muerte, que en muchos países es moneda de cambio muy barata, más aún si eres mujer. El primer indicativo es el miedo que aún corre por sus venas hasta que la nueva realidad y el apoyo de ONGS, como Accem León, les permite serenarse y postergar a un segundo plano el horror que han vivido en primera persona. El segundo punto en común es que muchos creen que han llegado al paraíso en donde no existe la pobreza y todo el mundo cobra salarios fabulosos. Y desmontar todos esos falsos mitos no siempre resulta sencillo. En este proceso de readaptación también encaja la explicación de la idiosincrasia particular de cada enclave; la peculiaridad de un leonés poco o nada tiene que ver con el perfil social de un abulense o de un soriano.

Es un proceso largo que conoce al dedillo Noelia Díez Albarracín, responsable de la gestión del voluntariado del la ONG aconfesional y sin ánimo de lucro Accem que explica con claridad su objetivos en su enunciado principal, ayudar a los refugiados, migrantes y personas en situación de vulnerabilidad sea cual sea su religión, sexo, o ideas políticas. Y el denominador de este ideario s fácil de intuir; igualdad de derechos e igualdad de oportunidades.

– Accem cumplirá en 2022 30 años trabajando en León por los refugiados y los más vulnerables de la sociedad. Todo empezó en un una pequeña oficina en el barrio de Mariano Andrés.
– Fuimos pioneros en poner en marcha uno de los primeros centros de acogida de refugiados por medio de convenios con el Ministerio y nuestro objetivo está muy claro. No tenemos ánimo de lucro, somos aconfesionales y trabajamos para que refugiados y personas en situación de vulnerabilidad tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades. Y para cumplir este objetivo contamos con un equipo integral que reúne a trabajadores sociales, educadores, sicólogos, abogados, etcétera. Y desde finales del pasado siglo estamos en la calle Anunciata, número 48, bajo.

– ¿Cómo es el proceso desde que la persona acogida como refugiada llega a León?
– A León pueden llegar por sus propios medios o bien a través de programas acogidos al estatuto de refugiados que les proporciona protección internacional. También pueden llegar por agencias de colocación, con permiso y tarjeta del Ecyl. Lo primero que hay que hacer es integrarle en la sociedad leonesa y el primer paso es el idioma y cuando hay menores por medio hay que escolarizarles y tramitarles la tarjeta sanitaria. En los adultos el idioma es básico para empezar a trabajar en su perfil laboral, qué conocimientos tienen y establecer una preformación laboral y ocupacional.

– También hay que conocer las peculiaridades en este caso de León.
– En todo este proceso también es muy importante que conozcan la idiosincrasia de la sociedad leonesa, incluso en lo que respecta al propio idioma. Todos hablamos el castellano, está claro, pero España es muy grande y en cada zona se usan giros propios. Y aquí tenemos y usamos los nuestros. El objetivo final es que, una vez preparados, puedan acceder al mercado laboral y esta estabilidad les permita recuperar o iniciar un perfil de vida.

Tienen más disponibilidad de horarios y de movilidad geográfica y no les importa trasladarse a donde sea para trabajar y así resulta más sencillo– Existe el bulo de que vienen a quitar el trabajo a quienes viven aquí.
– Absolutamente falso. Lo que es cierto es que tienen más disponibilidad de horarios y de movilidad geográfica y no les importa trasladarse a donde sea para trabajar y así resulta más sencillo. Lo que buscan es la posibilidad de recuperar la vida y la familia que han dejado porque en sus países de origen estaban siendo perseguidos. Ahora la reunificación familiar es muy complicada porque se exigen requisitos, como que tengan una vivienda o un sueldo, más difíciles de cumplir incluso para muchos de nosotros.

– Aunque 2020 ha sido un año muy complejo por la pandemia, pongámosle nombre y apellidos a esta situación en cuanto a número de personas y procedencia.
– En 2020 atendimos a 377 personas que acudían a nosotros por primera vez, 200 hombres y 177 mujeres y la media de edad rondaba los 32 años. Venían de 32 países diferentes, en especial latinoamericanos, Colombia, Venezuela, Honduras, aunque también del norte de África, sobre todo de Marruecos.

– Todo este trabajo no sería posible sin los voluntarios. Además llevan más de 20 años en la Plataforma del Voluntariado de León y ahora también de Castilla y León.
– Llevamos en la plataforma desde 1999 e incluso hemos estado en varias ocasiones en la Junta Directiva y el trabajo en red ha sido una puerta abierta para el acceso de los voluntarios.

–¿Cómo es el proceso de captación?
– Una vez que toman contacto tenemos una primera entrevista para explicarles quiénes somos y qué hacemos. Contamos con programas y proyectos para el voluntariado porque queremos saber qué habilidades tienen y qué quieren hacer, apoyo en el idioma, gestiones administrativas, tiempo libre e incluso ahora contamos con un área de medio ambiente. El ayuntamiento nos ha cedido un espacio en la Candamia para trabajar la huerta, para que sepan cómo lo hacemos nosotros aquí y que ellos nos enseñen cómo cultivan ellos en sus países. También contamos con voluntarios que trabajan en desmontar algunos de los mitos que muchos refugiados creen ciertos, sobre todo que este país es el paraíso, o algo parecido.

– ¿Es complejo desarmar esos falsos mitos? Está claro que no todo el mundo tiene un salario de 3.000 euros.
– Los refugiados también deben saber cómo somos y cómo vivimos, porque tienen una idea muy estereotipada. En algunos casos están acostumbrados a la leche de coco y no entienden que pagar el litro a casi cuatro euros todos los días no está al alcance de muchas familias. O porqué no pueden comprar un móvil de última generación o determinadas marcas que se anuncian; y por eso tratamos de explicarles lo de las marcas blancas.

En estos momentos estamos trabajando con 20 personas, siete hombres, trece mujeres y algunos niños. Incluso hay que reconducirles en la limpieza cotidiana, porque en algunos países con suelos de barro aún se usa el caldero con agua o hay que enseñarles a usar la vitrocerámica. En todo este proceso la labor de los voluntarios es fundamental. En estos momentos estamos trabajando con 20 personas, siete hombres, trece mujeres y algunos niños. Y un dato más, en 2020 trabajaron con nosotros 20 voluntarios.

– ¿Resulta fácil o difícil mostrarles cómo somos los leoneses?
– A veces no resulta sencillo. Tratamos de explicarles cómo somos, en el contexto en el que estamos de una comunidad autónoma con muchos territorios muy diferentes entre sí. Por ejemplo, ahora que estamos cerca de Semana Santa, les ayudamos a que entiendan cómo vive la sociedad leonesa este tiempo tan particular, más allá de las creencias, como un hecho sociológico que forma parte de nuestra tradición y de nuestra forma de entender la vida.

– Por ultimo quería insistir en algo que creo que ha quedado claro, que las personas que huyen de sus países perseguidos por sus ideas o sus creencias o por ser mujer no viene a comerse el futuro de nadie.
– Está claro que no. Son jóvenes y en muchos casos sanos y pueden acceder a determinados trabajos que nosotros desechamos. Pero hoy día la sociedad española y en especial los jóvenes están muy preparados y la empresa siempre elige a los que mejor encajan en el perfil que buscan. Y por eso se ciñen a su formación y experiencia.
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