Los personajes del Tío Ful: Sandra Fernández

A la Venta de la Tuerta, un lugar cargado de historia, le creció una hija cargada de ideas de futuro y ganas de nuevos proyectos, el último, la Cueva de Llamazares

Fulgencio Fernández
22/07/2017
 Actualizado a 17/09/2019
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La Venta de la Tuerta –antigua como pocas en España, de fogón y ventero– es un mundo en si misma, un mundo propio con molino de viento y bosque en el corazón de una «inculta planada», en palabras de Jovellanos que ya habló de ella.

En el eje de mundo propio una familia, generación tras generación, al menos desde el siglo XVIII. Cinco generaciones recuerdan sus actuales moradores, con ‘El Rubio’ de patriarca y Sandra y María como las últimas en incorporarse a la tradición ventera, hostelera e irónica, que también es una marca de la casa.

De la última hornada en ser ventera es Sandra Fernández, el espíritu inquieto que nunca sabrás en que nueva aventura está metida. Por ello es bueno preguntar al llegar.

–¿En qué andas metida ahora?

Primero su eterna sonrisa de «no te lo vas a creer» y después la respuesta puede ser muy variada, según los tiempos: Montando una exposición nueva para las paredes de la Venta, pintando el exterior con algún mensaje, en algo del proyecto sin fin del bosque encantado con árboles pintados y refugio para las hadas, en el proyecto alcayata por la ciudad de León, en una nuevo espacio para bodas, en el photocall con el molino al fondo...

–Ésta seguro que no te la vas a creer: He cogido la Cueva de Llamazares.

La famosa cueva está a más de cuarenta kilómetros de la Venta de la Tuerta, pero un buen día la visitó, le impresionó, supo que estaba cerrada cuando la dejó el anterior responsable y decidió embarcarse en su relanzamiento. La ha cogido por veinte años y desde que ella ha llegado se van sucediendo las novedades: Nueva iluminación, nuevos paneles explicativos, visitas nocturnas y guiadas, actividades... y la colaboración habitual de otro incapaz de estarse quieto ni un momento: José Vicente Casado, guía excepcional en alguno de los casos y colaborador de algunas de las iniciativas. «Sabe de todo, ¡qué caso de hombre!», dice Sandra.

–Vale para todo, ¡qué caso de mujer!; ironiza José Vicente Casado.

El caso es que Sandra ya ha desaparecido, y su padre, El Rubio, ironiza: «Vale más que la tengáis entretenida o se le ocurre otra cosa».
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