Los personajes del tío Ful: Lidia Kowalska, una rusa en Brimeda

Rusa de nacimiento, conoció a un teniente de navío de Astorga en Polonia y "por amor, ¿te parece poco?" vino a León, a Brimeda, donde sigue siendo ‘La Rusa’

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
12/05/2018
 Actualizado a 16/09/2019
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Recuerda Lidia Kowalska con mucha retranca —ya leonesa— un viejo reportaje del año 1986 en La Crónica de León: «Titulaban una rusa en Astorga, como si fuera un oso pardo o algo así, un bicho raro en la ciudad». Y después de un momento de reflexión añade, «seguramente lo era» y recuerda aquellos primeros años en Brimeda, «llegué en 1979», aquella sociedad tan alejada de la que ella venía. Había vivido en Leningrado y Varsovia, donde gocé de una independencia que aquí era desconocida... Pero merecía la pena, vine por amor, así de simple, y mi marido, José Ortiz de la Fuente era muy guapo y muy sexi». Y un personaje muy conocido en la sociedad astorgana, había sido teniente de navío del Ejército nacional en la guerra, radical anticomunista... «Y yo rusa».

Ortiz, ya fallecido, vuelve aestar estos días de actualidad pues era tío de Lala Isla, la astorgana que desvela la biografía familiar en una obra que ayer se presentaba en León, ‘Las rendijas de la desmemoria’.

Lidia y Ortiz se conocieron en Polonia, un amigo le pidió a Lidia que le diera clases de ruso al teniente de navío leonés y lo que primero eran recelos acabó siendo una intensa historia de amor de dos tipos libres y separados que acabaron compartiendo vida juntos en Brimeda, un pequeño pueblo cercano a Astorga, donde vive ahora Lidia en una vieja y restaurada, donde sigue siendo La Rusa. «Esta casa es muy grande y tiene siempre las puertas abiertas para los artistas; es más, tengo un pequeño apartamento en una de las alas que lo pongo a disposición de quienes quieran venir buscando tranquilidad para su trabajo, para poder crear, para pintar, para componer, para hacer escultura...». Y te muestra algunas de las obras que han dejado allí algunos de los artistas que han pasado por la casa.

- Y de regalo... a las nueve de la noche siempre les hago sopas, me salen muy bien, pensé que era bueno adoptar alguna costumbre española.

Y conversación. Mucha. En espanruso, si existe, cargada de historias.
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