Los personajes del tío Ful: Ana Isabel Martínez, profesora y montañera

Está ‘condenada’ a ser la primera mujer en subir 100 veces el Naranjo de Bulnes pero es mucho más, es alguien que ha llevado los valores de la montaña a la vida y la educación

Fulgencio Fernández
26/12/2020
 Actualizado a 26/12/2020
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Dice que cuando estás subiendo una montaña, en lo más difícil, tú confianza en los compañeros de ascensión tiene que ser absoluta pues «pongo mi vida en sus manos como ellos ponen la suya en las mías» y lo define como «una especie de cordón umbilical compartido».  

Pero Ana Isabel Martínez de Paz, también profesora de música —«siempre cultivando el alma pues en la montaña quien sufre es el cuerpo y quien disfruta es el alma»— ha decidido llevar los valores de la montaña a la vida, esos valores que tiene la escalada de solidaridad y de confianza «en quien conmigo va», que decía el poeta.

- Creo que no se ha valorado suficientemente lo que han hecho este año tan difícil los alumnos, su comportamiento ha sido extraordinario.
- ¿Y los profesores?
- No está bien echarse flores uno mismo, pero creo que hemos hecho un esfuerzo... a mí, en concreto, se me hace muy difícil no poder ‘abrazarlos’, para la asignatura de música es importante la cercanía, ver su sonrisa... en fin, es lo que hay.

Y, como siempre, esta montañera ha encontrado refugio en sus montañas, en sus escaladas, sigue haciendo historia después de estar ‘condenada’ a ser «la primera mujer que ascendió 100 veces el Naranjo de Bulnes o el Urriello», lo hizo en 2018, para que coincidiera con los 100 años de la creación del Parque Nacional de Picos de Europa.

- ¿Cuántas veces más has subido desde entonces?
- Ninguna. Ahí lo dejé, en 100, no por nada especial, se ha masificado el Naranjo, se convirtió en una moda y todo el mundo acude allí y, para mí, eso no es la montaña.
- ¿Qué te motiva para subir 100 veces al mismo lugar?
- Cada ascensión es diferente, nada tiene que ver con la anterior, no es subir, son las sensaciones que vives, el momento en el que lo haces, tu estado de ánimo, el de tus compañeros. Es vivir la montaña, que nada tiene que ver con esa frase horrible que ha hecho furor: consumir montaña.
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