Los letreros los carga el diablo

26/03/2020
 Actualizado a 26/03/2020
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El gusto de entidades de todo tipo —sobre todo instituciones políticas— por dejar claro que entras en sus posesiones, por marcar territorio que se ha dicho siempre, ha dado lugar a numerosas curiosidades, a la evidencia de que los letreros los carga el diablo, como a los niños cuando entran en las conversaciones de los mayores y le preguntan a mamá o papá aquello de «¿entonces este es el jefe del que siempre dices valiente gilipollas?». No haberlo dicho.

A buen seguro que el tranquilo paisano –que nada parece querer saber de moverse del banco y el sol que le acompaña– jamás imaginó que podía componer una estampa precisamente para la Concejalía de Deportes. Como no lo imaginaba el histórico y más recordado de los pobres de la ciudad, Joaquín El Barbas, cuando se sentó debajo de un cartel del Banco de Bilbao, tapaba la parte inferior y en el cartel de la foto que también ‘pilló’ Mauri solamente se podía leer: «Te damos cinco millones».

¿Quiénes?, el plural apunta a que eran el citado banco y Joaquín. Igual nos había ido mejor fiándonos de Joaquín, que siempre tenía superávit pues nada más que extendía la mano se pegaban por echarle una limosna pues nada más que tenía para un café volvía a cerrar.

Tan sensato que alimentó la leyenda de que tenía siete carreras.
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