Los lenguajes eternos

11/05/2021
 Actualizado a 11/05/2021
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Las ciencias siguen avanzando que es una barbaridad, incluso más, y todo cambia. Llegará el día en el que te tengas que acostumbrar a llevar a dos hijos en el coche, uno en el asiento delantero y el otro en el de atrás, y ver cómo van hablando entre ellos en silencio, por Whatsapp, mientras tu ‘rezungas’ que con lo fácil que sería girar la cabeza y hablar.

Pero ellos piensan otra cosa, es eterno este debate aunque crees que es algo absolutamente nuevo pero ya lo intuía el viejo dicho de que «una cosa piensa el borracho y otra diferente el cantinero».

Sin embargo, hay lenguajes que son eternos, y da la impresión de que no acabará con ellos ni el móvil, ni el Whatsapp, ni el Facebook y todas las modernas variantes que imaginas o vayan surgiendo de la noche a la mañana. Esa madre que abre la ventana cuando pasa el hijo por la calle con los colegas y, sin decir nada, tuerce la cabeza con el ceño fruncido para que entre el chaval, «que ya va siendo hora», es un viejo lenguaje mudo no podrá jamás ser sustituido por nada. Sólo es un ejemplo, hay mil.

Por ello en los tiempos de los pinganillos, las pantallas táctiles, el wifi o el Bluetooth no hay nada más efectivo que la vieja tablilla, avisando un tiempo que sólo es un número y una palabra eterna: «Tira». Que libras.
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