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Los latidos del corazón

17/01/2023
 Actualizado a 17/01/2023
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Hace algunos días una mamá me comunicaba, emocionada, la noticia de su embarazo. Sabe que se trata de una niña. No es, pues, una parte de su cuerpo, un bulto, sino un ser distinto de ella: una niña. Sabemos por la ciencia que, antes de que una madre se haya enterado de que está embarazada, ya existe el pequeño corazón de su criatura y que a la sexta semana es posible escuchar sus latidos.

Nunca hemos entendido cómo aquellos que dicen defender la igualdad y la protección a los más vulnerables consideran que algunos niños no tienen derecho a nacer y que es un derecho de los padres el poder triturar a sus pequeños inocentes e indefensos porque les resultan incómodos. No entendemos a aquellos que aceptan como borregos leyes intrínsecamente perversas. Supongamos que un gobierno determinase que es legal violar a una mujer o cometer actos terroristas. ¿Acaso por ello sería menos grave? ¿Por qué no es un crimen matar a un ser humano dentro de su madre? ¿Solo porque le cambiamos el nombre y le llamamos eufemísticamente ‘derecho de salud reproductiva’?

Pues bien, en la comunidad autónoma de Castilla y León se está hablando estos días de hacer algo para ayudar a reflexionar a las mujeres que desean abortar para que vean la gravedad del aborto. Entre otras medidas estaría la de darles la oportunidad de escuchar los latidos del corazón del bebé o mostrarles una ecografía 4d. La respuesta de la ‘progresía’ no se ha hecho esperar. Y se han abalanzado como fieras, con uñas y dientes, a criticar lo que parece una opción muy sensata. Ni siquiera les conmueve el latido del corazón de un niño, ni sus pequeñas manos, ni su pequeño y maravilloso cuerpo.

Pero esta crueldad y falta de sensibilidad no solo afecta a una izquierda obsesionada con la cultura de la muerte, sino también a una derecha como el PP que dice defender la vida, pero con la boca pequeña. Ante su ambigüedad, cobardía y materialismo mucha gente deja de votarlos o lo hace con la nariz tapada. No se enteran. Piensan que lo único importante es la economía, pero se equivocan rotundamente. Ignoro qué tipos de asesores tienen, pero mientras consideren el aborto como una opción legítima que no esperen grandes resultados. Esa es la razón por la que muchos no les votan. Claro que ellos no tienen toda la culpa. La tiene gran parte de una sociedad gravemente enferma que se lo consiente. Pero no olviden que con el pecado llevan la penitencia. La libertad de toda persona, también de las mujeres, tiene un límite: No matarás.
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