28/01/2021
 Actualizado a 28/01/2021
Guardar
La razón de la mala imagen de los políticos está en generalizar, leía estos días en las redes sociales. Están en lo cierto. Es ese exactamente el mismo problema que sufrimos los periodistas y esta sociedad entera despreocupada e irresponsable ante el descontrol de la pandemia que uno encuentra generalizando. A los políticos se les generaliza en la corrupción, en el interés personal y el ‘síndrome de la poltrona’ que les convierte en clase y les aleja de la política. Estos días se les generaliza también en la indecencia insolidaria que supone saltarse los protocolos de vacunación y lograr su pinchazo inmunizante antes que los mayores o sanitarios. Veo a esos alcaldes falsificando listas de trabajadores o persuadiendo a las enfermeras con dosis sobrantes como los adinerados que ocuparon antes que las mujeres y los niños los escasos botes del Titanic.

Esos alcaldes trafulleros, que normalmente y generalizando se han presentado a las elecciones sobre unas siglas (nunca entendí por qué se dice bajo unas siglas si suelen escribirse debajo de los nombres) están siendo suspendidos de militancia y expulsados del partido. Un castigo ejemplarizante, si sirviera de algo. Porque más allá del escarnio público, justo y necesario, las expulsiones resultan generalmente inútiles. El acta de concejal es de la persona y no del partido y eso los hace inmunes (sin pinchazo) a la traición de los códigos éticos que asumieron, algo así como a los incumplimientos electorales. Suele suceder, generalizando, que por desacuerdo o desvergüenza se aferran al cargo como Gollum al anillo y hay que esperar a las siguientes elecciones para castigarlos. A veces incluso las vuelven a ganar porque los pueblos son los pueblos y se vota a la persona y resulta entonces que la inmoralidad la debió cometer el político. Nuestra lacra, por generalizar, es la desmemoria. Eso sí que inmuniza. Miren si no el ‘efecto Illa’ llegando triunfal a la campaña en Cataluña.
Lo más leído