Los alevines-lectores y yo

Por José Javier Carrasco

23/06/2021
 Actualizado a 23/06/2021
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Responden los lectores a los reclamos de los editores? ¿Tienen algún efecto las llamadas que destacan una u otra nota espectacular del producto que se va a consumir, o el lector ignora esas sobrecargadas manifestaciones de que nos encontramos ante la obra definitiva o la obra más madura de un autor? Se diría que a fuerza de repetirse esas frases estereotipadas muy pocos son los que las tienen en cuenta, que el lector está de algún modo insensibilizado, como el enfermo al uso de antibióticos, por una sobreexposición a los mismos estímulos. En ocasiones, el lector busca una experiencia que le saque de la rutina de sus hábitos, escapar a lo que se ha programado para él, pero no es lo habitual. Entonces los criterios de selección responden a razones que escapan al marketing de los editores:  la recomendación desinteresada de un conocido o del librero, un comentario escuchado al azar en la radio o en televisión, o la mala crítica en una revista especializada, en el absurdo  empeño de llevar siempre la contraria. Ante el primer libro que incluye un relato mío, ‘La anécdota de Martín Cienfuegos’, editado por la Obra Social «la Caixa» con la colaboración de rne y el programa ‘Juntos paso a paso’, con el sobrio título de ‘10ª edición Concurso de relatos 2018 Edición especial’, me pregunto quiénes son los destinatarios últimos de uno de tantos libros  que obedecen a una razón donde lo literario se mezcla con una labor social, en este caso dar  una salida a la secreta vocación de un sector de la población que supera los sesenta años, mediante un concurso anual que lleva celebrándose doce años y que, en ciudades diferentes, reúne a los finalistas en un acto que da a conocer al ganador y al que asisten los miembros del jurado, los periodistas que conducen el programa de radio y un público formado principalmente por familiares y gente mayor de edad seguidores del programa. El libro puede solicitarse a rne y el interesado lo recibirá en su domicilio. Por su parte es de suponer que «la Caixa» lo promocionará entre clubs de lectura y algunas bibliotecas con las que esté vinculada. Un circuito alternativo a los cauces habituales de difusión, así todo un mundo cerrado  donde no caben las sorpresas, donde nuevas ediciones de nuevos concursos irán sumándose y haciendo olvidar las anteriores, en una inevitable sucesión de títulos y nombres de autores destinados al olvido, a ocupar un tiempo vacío, entre comida y comida, entre pastilla y pastilla para la tensión. Sin embargo, si se escribe, normalmente, es para ser leído, aunque después se ignore casi todo sobre tus lectores. Algunos escritores  somos como esos salmones que desovan  en el  lecho de un río  y nunca sabrán nada de los  nuevos peces que al nacer buscan el mar, de esos alevines-lectores, que siguiendo unas leyes desconocidas, aleatorias o determinadas por una caprichosa oferta cultural, nos van a leer o bien ignorar.
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