Los 5 'momentazos' de la primera semana de juicio

Un resumen de tres intensas sesiones judiciales por el crimen de Isabel Carrasco

Cristina Centeno
22/01/2016
 Actualizado a 13/09/2019
Las tres acusadas en sus respectivas declaraciones. | J. CASARES (POOL EFE)
Las tres acusadas en sus respectivas declaraciones. | J. CASARES (POOL EFE)
1. La primera entrada de las tres acusadas a la Audiencia Provincial en la primera vista del juicio por el crimen de Isabel Carrasco.

Uno de los momentos más esperados en el primer día de juicio por el crimen de Isabel Carrasco era la llegada de las tres acusadas a la Audiencia Provincial de León, sede en la que se celebran las vistas de forma pública. Ante una gran expectación mediática, la primera en llegar fue Raquel Gago, la policía local que se encuentra en libertad con cargos. Lo hizo en torno a las 8:50 horas (estaba previsto que la sesión comenzase a las 9:00 horas) por la puerta principal, por su condición de libertad, y acompañada de su abogado, Fermín Guerrero, imagen que se ha repetido durante toda la semana. Unos 20 minutos más tarde de lo previsto llegaban a la Audiencia Provincial de León por primera vez para la vista Montserrat González (autora confesa de los disparos que acabaron con la vida de Isabel Carrasco) y su hija, Triana Martínez. Ataviadas de forma muy parecida y con apenas los ojos descubiertos, llegaron juntas en el mismo furgón. Ambas se encuentran internas en la prisión de Villahierro desde aquel 12 de mayo de 2014 cuando tres disparos acabaron con la vida de la entonces presidenta de la Diputación de León y del PP provincial. A penas se reconocía quién era la madre y quién la hija. Llevaban el mismo gorro gris, una braga negra hasta los ojos y pañuelo y abrigo largo. Todo oscuro, excepto las botas de Triana. Accedieron por la puerta de atrás desde el furgón y bajo los flashes de decenas de cámaras. 


2. Montserrat González dice que "lo volvería a hacer" porque  "si no la hubiera matado, habría acabado yendo al entierro de mi hija".

Era la declaración más esperada. La de Montserrat González, la asesina confesa de Isabel Carrasco, que respondió únicamente a las preguntas que le formuló su abogado defensor. Explicó los motivos que le llevaron a cometer el crimen e insistió en exculpar a su hija (Triana Martínez) y a Raquel Gago, principal estrategia de las defensas. Durante más de hora y media, la madre aseguró que cometió el crimen motivada porque "la Carrasco", como la llamó en alguna ocasión, estaba haciendo la vida imposible a su hija y temía que ésta se quitara la vida. Después de narrar la historia política de Triana y asegurar que si García Prieto no hubiera sido relevado por Isabel Carrasco al frente de la institución provincial "no estaríamos aquí", a preguntas de su abogado respondió que no se sentía arrepentida de haber acabado con la vida de la presidenta de la Diputación de León, "mentiría si dijera lo contrario". Con tremenda seguridad, aunque Montserrat se mostró nerviosa y no conseguía finalizar las frases durante su declaración, aseguró que "lo volvería hacer" porque "si no la hubiera matado, habría acabado yendo al entierro de mi hija". 

3. Triana Martínez: "Se acercó para oler el perfume, me besó en la boca, me entró...(Isabel Carrasco)"

Segunda jornada de juicio. El miércoles se esperaba la declaración de Triana Martínez, hija de la asesina confesa de Isabel Carrasco y que se encuentra en prisión con su madre por, supuestamente, haber preparado un plan para matarla. Hipótesis que quieren anular las defensas. De negro riguroso, excepto las botas, y con voz infantil, Triana respondió a las preguntas de la defensa y del fiscal (algo que no hizo su madre). El interrogatorio duró algo más de tres horas. Con entereza, pero sin alzar el tono en ningún momento, la hija aseguró que "mamá" (así se refería a Montserrat en todas las respuestas) la llamó antes de cometer el crimen para decirle que estaba viendo a "la Carrasco" y que ya se iba a acabar. Ella asegura que trató de disuadirla, como ya lo habría hecho (según ella) en alguna otra ocasión. "Yo no quería matar a Carrasco", confesó. Pero el relato más sorprendente fue el que hizo a su abogado sobre el supuesto acoso que sufrió de Isabel Carrasco. Triana fue a casa de la presidenta de la Diputación y allí, en el sofá, "se acercó para oler el perfume, me besó en la boca, me entró...". Dice que ella se negó a mantener relaciones con Carrasco y ahí salió comenzaron las diferencias entre ambas. El único momento en el que se tambaleó su tranquilidad fue al hablar de su entonces amiga (durante el juicio no las ha mirado) Raquel Gago, y también acusada. "¿Qué siente usted al ver a Gago aquí?" le preguntó Fermín Guerrero, abogado defensor de la agente de policía local. "Pena, me siento mal. No la quería meter en un problema", aseguraba Triana.

4. Raquel Gago se derrumba: "Yo no tengo vida desde que ha sucedido esto"

Raquel Gago, la policía local en posesión del arma con el que Montserrat González acabó con la vida de Isabel Carrasco, siempre se ha mostrado como una mujer tímida, callada, reservada, pero en su interrogatorio, ante el micrófono, se expresó con claridad, con aplomo, con seguridad, aunque los nervios eran visibles. Se dirigió al jurado en varias ocasiones, a sabiendas de que será el que decida si ella es o no culpable, y contestó a todas las partes, apoyada por algunos apuntes que sostenía en las manos. Pero el aspecto de Raquel llamó la atención desde el primer día. Desmejorada, con marcadas ojeras y mucho más delgada. Notable sobre todo el primer día de juicio, cuando iba vestida de oscuro. El miércoles, en su declaración, lucía una camisa blanca y americana gris. Se mostró firme, a todas las preguntas, y se derrumbó al reconocer cómo ha cambiado su vida desde ese 12 de mayo de 2014. "Yo no tengo vida desde que ha sucedido esto", dijo entre lágrimas, aunque pronto recuperó la entereza. 


5. Pedro Mielgo, el testigo clave y 'héroe' del caso, no se reconoce en una llamada y las defensas piden falso testimonio

Se preveía una sesión tranquila pero no lo fue. La tensión comenzó a visibilizarse en la tercera sesión de juicio desde el primer testigo que declaró, Pedro Mielgo, el policía jubilado que presenció el asesinato y siguió a Montserrat González hasta su detención mostró contradicciones. Primero dijo que no había perdido de vista a la asesina en su huida en ningún momento. Pero le mostraron una llamada telefónica al 1-1-2 en el que se oía decir "la he perdido". "¿Es usted?" Le preguntaron. "No", rotundo, contestó Mielgo. Y comenzó el revuelo entre las partes. La siguiente en declarar fue su mujer. Volvió a escuchar la llamada y dijo reconocerle por la expresión "un momentico". La tensión continuó. Hasta tal punto de que las defensas pidieron que se declare la declaración del testigo 'estrella' del caso como 'falso testimonio'. Una sesión con menos público pero muchas sorpresas y que puede influir de forma considerable en la decisión final del jurado popular. 

Lo más leído