«Es un terreno complicado, pero en ningún momento hubo nervios», reconoce el trabajador que trasladó en la cabina del vehículo al equipo de rescate hasta la zona alta de Fuentes de Invierno, lo que permitió ganar mucho tiempo a los rescatadores y contactar antes con el grupo. Ese mismo vehículo se utilizó después para el traslado de parte de los evacuados, el resto bajaron en la moto de nieve de la estación, menos la mujer herida, que después de desprenderse una cornisa y caer durante 500 metros por un canal nevado, consiguió llegar a la carretera AS-253 por su propio pie y dar la voz de alarma.
«Es un terreno complicado, pero en ningún momento hubo nervios» «Actuaron de forma responsable», afirma el operario que considera que los montañeros prefirieron pedir ayuda y evitar males mayores, dadas las adversas condiciones climatológicas y lo cerrado de la noche. Los planes de evacuación y rescate de la estación funcionaron correctamente y pasadas las 23:00 horas, todos los rescatados, que se encontraban en buen estado de salud, fueron puestos a salvo en la Estación Invernalde Fuentes de Invierno. Fueron localizados en la zona de Entresierras, muy próximos al primer remonte de la estación de esquí, en una zona con gran desnivel, piedra suelta y mucha nieve. Por ello, para mayor seguridad y poder guiar al grupo al lugar de encuentro con los vehículos con plenas garantías, los efectivos de los Bomberos de Asturias y del Greim de la Guardia Civil equiparon la zona conun sistema de cuerdas al que iban agarrados los montañeros para evitar caídas.
Rescate espectacular
No obstante, a pesar de la espectacularidad del rescate por el elevado número de personas atendidas –todas de un club de montaña de Oviedo– los trabajos no presentaron mayor dificultad que la localización del grupo. Los rescatados iban preparados para el frío y llevaban comida, según fuentes de la Guardia Civil y de la Estación Invernal de San Isidro, que afirman también, que en ningún momento vieron peligrar la integridad de los senderistas.
Al final, entre luces de frontales y destellos de máquinas industriales, celebrando el final feliz, lo excursionistas llegaron al autobús que, entre la niebla, les trasladó a Oviedo.