20/09/2021
 Actualizado a 20/09/2021
Guardar
Corren tiempos de nuevos lenguajes, todos ellos inclusivos. La última: «incendios de sexta generación», «enjambres sísmicos». ¿Qué será eso? ¡¡Demontres!! Diría la madre del cronista. Y, si ella viviera, repetiría su remedio contra los devastadores incendios que devastan hectáreas y hectáreas de matorral y arbolados montiscos, matan animales, cierran caminos, secan fuentes, y destruyen el aroma antiguo: ¡Las cabras! Déjense de echarle culpa a los ‘pirocúmulos’ y metan rebaños de cabras que triscan y triscan dejando el monte limpio. Con echarle la culpa a los vientos revueltos y la áspera geografía, y, sobre todo, intentando demostrar que se trata de algo nuevo, e imprevisible, quedan a gusto mientras las familias desalojadas y desposeídas lloran en los albergues la inclemencia del destino.

Y menos mal que hasta ahí no ha llegado todavía el lenguaje inclusivo: incendios e incendias, bomberos y bomberas, capataces y capatazas, pirómanos y pirómanas. Aunque aún más lejos que el lenguaje inclusivo llega el lenguaje inventivo, como el que utilizan Delia y sus amigas. Y así, para aplicar el aumentativo de grande, no dicen grandísimo, sino: Lo siguiente. «Tonto, no; lo siguiente». Es como si quisieran dar a entender que todavía quedan muchas más escalas hasta llegar a la tontuna total; o sea la tontuna ecológica y sostenible.

Para ejemplo basta un botón. El nuevo título para los profesores de formación vial (de autoescuela) va a ser, según el gobierno: Técnicos Superiores para la Educación de la Movilidad Segura y Sostenible. De ‘pisapedales’ a TeSEMoSS. ¡Demontres! Diría la Señora Paula con varios profesores de formación vial en la familia, que ahora serán pronto: Ingenieros, no; lo siguiente. ¿Será cierto que «la retórica tiene ases en la manga» como escribe Felipe Benitez Reyes en ‘Por regiones fingidas’ (pag 54)? Habrá que esperar a ver quién se beneficia de ese ‘sorpaso’ de profesores a ingenieros. Aunque lo de la movilidad segura y sostenible lo mismo vale para un roto que para un descosido. El problema está en la movilidad misma, porque aquellos que estamos a punto de ‘perder el andar’ no albergamos esperanza alguna de que los técnicos superiores nos lo vayan a devolver nunca. Serán señales de humo. ¿Pero, a que molan? Al menos justifican de cara al pueblo llano esos ‘sueldazos’ de ministros y ministras, directores generales y directoras generalas, asesores y asesoras, adscritos y adscritas, y lo siguiente y la siguienta. Y lo de que los participios activos derivados de los tiempos verbales: «v.g. atacar-atacante; salir-saliente» no admiten otra forma, eso, a la basura. Estudiantes y estudiantas, y al que Dios se la dé, San Pedro se la bendiga. Beatos, no; lo siguiente. ¡Demontres!
Lo más leído