15/01/2016
 Actualizado a 10/09/2019
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Durante mucho años nos intentaron hacer creer que «Hacienda somos todos». Pero, ¿esto era verdad? ¡Pues no! Era un falso eslogan publicitario. Por si había alguna duda nos lo ha aclarado esta semana, Dolores Ripoll, abogada del Estado en el caso Nóos: «Hacienda no somos todos». O como diría la infanta Cristina de Borbón: «Hacienda sois todos». ¡Lo que me temía! Y tenía razón, la hermana del Rey quiere que se le aplique la denominada doctrina Botín que la libraría de ser juzgada. Como el estado no considera que «Hacienda somos todos», los que pagamos no estaríamos perjudicados por los que delictivamente no lo hacen. Además esto de que no somos todos nos los dicen a la cara y con toda la soberbia real. Como afirmaba recientemente el juez Castro: «Esto es una falta de respeto hacia los que, ingenuamente, hemos pagado nuestros impuestos creyendo en este principio». Lo dramático del caso Nóos es que como se está demostrando no sólo somos desiguales ante Hacienda lo somos también ante la Justicia. ¡Lo que me temía!

Ante tanta injusticia, Hacienda responde con acciones mediáticas que se obstinan en defender la falacia de que somos todos iguales ante el fisco. Recientemente se ha publicado el listado de los deudores a Hacienda por deudas y sanciones pendientes de pago, que superan el importe de un millón euros y no se encuentran suspendidas ni aplazadas. En la lista aparecen 4.855 contribuyentes que adeudan en conjunto una cantidad de 15.600 millones de euros. Pero, ¿están aquí todos los que evitan a Hacienda? ¡Pues no! En la lista de morosos no aparecen ni grandes empresas, ni grandes fortunas. ¡Qué casualidad! Sólo afloran pequeños y medianos morosos muchos de ellos abocados a la insolvencia. ¡Lo que me temía!

Las grandes fortunas y empresas son mucho más sofisticadas para eludir la para nosotros omnipresente Hacienda. ¡Lo que me temía! Las grandes fortunas se acogieron a la amnistía fiscal de 2012 que les permitió ‘blanquear’ parte de su dinero pagando sólo el 10% del capital aflorado sin procesos por delito fiscal, sin penalizaciones ni intereses (recordemos que pymes y autónomos pagan más del 20%) o evadieron indiscriminadamente como demuestra la lista Falciani que recoge las cuentas no declaradas en Suiza. Las grandes empresa no son menos y evitan pagar sus descomunales deudas a Hacienda en interminables juicios o mediante complejas maniobras de ingeniería financiera que les permite tributar en paraísos fiscales. Parece que a Hacienda sólo pagamos los imbéciles que nos creímos eso de que «Hacienda somos todos» ¡Lo que me temía!
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