Valdelaboba, Matalobos del Páramo, Lobeznos, Ríolobos, La Peña la Loba, Matalobera, Lober, Cuetullobero.
- Estaba pinguín que pingaba, debajo junguín que jungaba, llegó raspín que raspaba, se llevó a junguín que jungaba y dejó a pinguín que pingaba. ¿Qué es? La encina, el cerdo y el lobo.
-El lobizón es una persona que se volvía lobo, a temporadas, le salía pelo y todo y pasaba siete días aullando por los montes y luego él cuando se volvía hombre ya no se acordaba de las loberías esas. El lobizón es el séptimo hijo que fuera varón, consecutivo, contaban que andaba por los montes de Los Ancares de León, por Aira da Pedra y Campo del Agua.
- Y en esa atmósfera infantil jugaba un papel primordial el lobo. El lobo, que era un ser sobre todo misterioso, era un ser... no voy a decir benéfico, pero que siempre estaba como lejos. El lobo era el animal que llegaba de noche, cuando todo el pueblo dormía, sobre la nieve...
Nombres de pueblos, viejos dichos o refranes, romances convertidos en canción por Rodrigo Cuevas o las palabras de Antonio Colinas nos recuerdan la eterna presencia del lobo en la tradición oral de nuestra tierra, durante siglos y en la actualidad.
Sin olvidar, ¡cómo no!, el romance más repetido, ‘La loba parda’.
¿Y dónde está todo ese material? Pues en los recuerdos, en los filandones en todas sus variantes (serano, hilorio, hila...), y en la memoria de mucha gente... Y ahora también en el impagable trabajo que han realizado Víctor Casas y Marino García, tanto en documental como en libro, bajo el mismo título: ‘Que la noche es mía’, recogiendo esa doble mirada que en la noche es cuando el lobo suele «aparecer» y que también era en las noches cuando se contaban las historias de lobos que recogen en sus trabajos, del que hacen varias presentaciones en estos días: El documental será proyectado hoy y mañana (a las 18.30 horas los dos días) en el Musac con entrada libre hasta completar aforo; y el libro se presenta mañana viernes, a las cinco de la tarde, en la librería Artemis de la calle Villa Benavente.
Pero también en el origen del título una de las historias que recoge el propio documental, de un relato tradicional bastante conocido: «El lobo enfermó y llamó al médico, que le dio medicinas. Y un día, mucho después, los dos se encontraron. Entonces el médico le preguntó: ‘¿Qué tal las medicinas? ¿Fueron buenas?’. Y el lobo respondió: ‘Sí, sí, fueron buenas’. Y el médico dijo: ‘Entonces, ahora, ¿me comerás?’. Y el lobo le dijo: ‘No, pero por si acaso, anda de día, que la noche es mía’».
Encuentra el biólogo leonés Víctor Casas un origen remoto de este trabajo en su propia afición a las historias de lobos y a todo el mundo pastoril y trashumante. «Me llamó siempre la atención, desde niño, y coincidió que después viví durante años en Zamora y allí esta cultura está mucho más arraigada». Pero era una idea que estaba ahí y, explica Casas, «no pasa de ser una idea hasta que algo la pone en marcha; en este caso fue el encargo de la Junta para el Centro del Lobo de Sanabria para llenar una de sus salas. Pensé en esta idea de testimonios, grabados todos sobre un fondo negro para que hubiera uniformidad en las imágenes». Y el siguiente paso fue una ayuda a la creación que permitió hacer el documental de 90 minutos que ahora presenta, «después de más de dos años de trabajo, de grabaciones, de contactar con gente, son más de 120 testimonios de todo tipo, muy diferentes, y nuestra pena es que algunos, muy interesantes, se han quedado afuera o la presencia de los contadores es muy breve... pero el documental no podía ser eterno».
Tampoco querían Casas y García que se quedara en lo meramente etnográfico y a los testimonios sobre viejas leyendas, romances, historias de pastores contadas por pastores «añadimos presencias vinculadas a los nuevos tiempos, con gente como el poeta Víctor M. Díez, con el personal recuerdo de la imagen del lobo de Antonio Colinas o una canción que nos compuso Rodrigo Cuevas, que se sumó al proyecto en cuanto se lo dijimos, basada en una historia del lobizón (el lobisome)».
Resumen este ‘Que la noche es mía’ explicando que « recrea una noche en compañía de personas de diferentes edades, procedencias y oficios unidas por la palabra, que viaja de viejas cocinas a plazas o teatros con el lobo como protagonista» y para ello a los testimonios de los más de 120 protagonistas, sobre fondo negro, añadieron la grabación de un serano en la casa de Marzán el de Pombriego, «para dar a entender el ambiente en el que se producían estas historias sobre lobos, pero también por ser en Cabrera, que es como una comarca mítica en las historias de lobos.
Que son historias de noches.
Lobos desde Caperucita a Rodrigo Cuevas
‘Que la noche es mía’ es un libro y documental que recoge numerosas historias de tradición oral y musical relacionadas con el lobo. Serán presentados este jueves y este viernes en el Musac (el documental) y en Artemis (libro)
15/03/2018
Actualizado a
19/09/2019

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