LNC Cofrade: Frío intenso

Bajas temperaturas en una Semana Santa afectada también por la lluvia

Xuasús González
07/04/2018
 Actualizado a 18/09/2019
Porcesión de la Morenica empañada por la lluvia. | MAURICIO PEÑA
Porcesión de la Morenica empañada por la lluvia. | MAURICIO PEÑA
La de 2018 ha sido, en general, una de las Semanas Santas más frías que se recuerdan. Y quizá a ello se deba la menor afluencia de público para presenciar las procesiones, afectadas también –además de por las obras en Ordoño II y en la Plaza del Grano– por las inclemencias meteorológicas.

Comenzó la Semana Santa con lluvia en la procesión de la Morenica, que tuvo que acortar su recorrido. Eso hizo también Jesús Sacramentado el Sábado de Pasión ante una amenaza de precipitaciones que no se materializó; la misma por la que Jesús Divino Obrero y Bienaventuranza optaron por no salir en una jornada en la que el Desenclavo celebró un besapié extraordinario a su titular.

El Domingo de Ramos fue condecorada la Virgen del Gran Poder con la medalla de honor de los Donantes de Sangre, mientras que la Redención estrenó sus nuevas Cruces, realizadas por José Manuel Martínez y diseñadas por Luis Miguel Robles, y bendecidas el día anterior.

Tras el primer Lunes Santo –desde 2001– sin Vía Crucis de la Redención, en la mañana del Martes recibía el obispo a los internos que, por la tarde, pujarían La Condena –solo con las imágenes de Jesús Preso y Caifás– del Perdón.

Minerva estrenó el Miércoles Santo la cruz del Lignum Crucis realizada por Manuel López Bécker y bendecida en la mañana del Sábado de Pasión; y el Desenclavo, por su parte, puso en la calle la vigésimo quinta edición de su Ronda Lírico-Pasional, que –de forma excepcional– contó con nueve mantenedores.

Las procesiones de las tardes del Jueves y Viernes Santo se suspendieron por la amenaza de lluvia –la nueva Consolación de Angustias tendrá que esperar hasta 2020 para ‘estrenarse’–, mientras que Jesús, por su parte, realizó íntegro el recorrido de la Procesión de los Pasos, a pesar de las malas previsiones a última hora de la mañana. Aun siendo sensiblemente menor el itinerario por las obras de Ordoño II, la Dolorosa llegó a Santa Nonia a las cuatro menos diez de la tarde, y las precipitaciones afectaron a su tramo final.

En la mañana del Sábado Santo bendijo el Sepulcro el trono de la Virgen de la Luz, ya con todas sus cartelas –obra de Antonio Luis Troya– en una jornada que transcurrió, como la del Domingo de Resurrección, con normalidad… aunque mirando de reojo ya al 12 de abril de 2019, Viernes de Dolores.


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