LNC Cofrade: Caminando juntos

El mundo cofrade leonés, presente en el Sínodo 2021-2023

Xuasús González
07/05/2022
 Actualizado a 07/05/2022
La fase diocesana del sínodo comenzó el 17 de octubre de 2021. | L.N.C.
La fase diocesana del sínodo comenzó el 17 de octubre de 2021. | L.N.C.
Fue el papa Pablo VI quien, en 1965, en el marco del Concilio Vaticano II, impulsó los sínodos de los obispos, asambleas –la primera se celebró en 1967– en que se reúnen prelados de todo el mundo para asesorar al romano pontífice en cuestiones de interés para la Iglesia universal. El próximo, que tiene por título «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión», se celebrará en octubre de 2023; pero, en esta ocasión, el papa Francisco ha querido que todos podamos ‘caminar juntos’ –es lo que significa ‘sínodo’–; que participemos cuantos más mejor. E inauguraba el 9 de octubre de 2021 en Roma un camino sinodal en tres fases: diocesana –que arrancaba el 17 de ese mismo mes–, continental y de la Iglesia universal; y en donde, guiados por el Espíritu Santo, se busca dar respuesta a una pregunta fundamental: «¿cómo se realiza hoy, a diversos niveles (desde el local al universal) ese “caminar juntos” que permite a la Iglesia anunciar el Evangelio, de acuerdo a la misión que le fue confiada; y qué pasos el Espíritu nos invita a dar para crecer como Iglesia sinodal?».

Alrededor de 200 grupos –219 inscritos, 171 operativos– se constituyeron en la diócesis de León, en los que han participado más de 3000 personas –a sumar a unas 600 más que lo han hecho de manera individual–, según los datos que nos ha facilitado el equipo sinodal diocesano que encabeza Maribel Fernández.

Y el mundo semanasantero ha estado presente: se han formado 8 grupos de cofradías, al margen de que muchos papones hayan participado en otros, entre cuyas reflexiones cabe destacar la necesidad de una relación más intensa de las cofradías con los consiliarios y los distintos grupos parroquiales –incluso entre las diferentes penitenciales–, de un mayor atractivo en misas y otros cultos –evitando caer en la rutina– o de una formación más estructurada.

La fase diocesana del sínodo llega a su fin con la elaboración de una síntesis que recoge las conclusiones, que cada diócesis enviará a la Conferencia Episcopal; y esta, a su vez, recopilará toda la información, lo que contribuirá a preparar el ‘Instrumentum Laboris’ –documento de trabajo– para la fase continental.

Pero, además, esas conclusiones conforman una buena ‘radiografía’ del sentir de la Iglesia local; y, a buen seguro, serán también muy útiles a la hora de marcar líneas de actuación a nivel diocesano.

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