Le darás lo que te pida

04/03/2021
 Actualizado a 04/03/2021
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Mauri sabe que un valor seguro para que una foto acapare las miradas es la ternura. Y si la ternura tiene casa propia en algún lugar es en los niños y en los cachorros de los perros. Y no digamos de los mastines.

No comparo perros y niños, no hace falta explicarlo.

Recuerdo una primera página del periódico con una foto, un primer plano, de un niño saharaui que necesitaba familia de acogida. Nada más llegar el periódico a los quioscos se sucedieron las llamadas de quienes querían que la ternura de aquella mirada viviera en sus casas aquel verano.

Mira la cara de éste cachorro de mastín, embarrado de jugar con los gallos de pluma, feliz de chapotear en todos los charcos. Si te estuviera pidiendo que le abras la puerta... se la abres. Si te estuviera pidiendo que te lo lleves a casa contigo... lo llevas.

Esa mirada justifica las palabras de su dueño, que dejó todo lo que había construido en Madrid, que era mucho, porque asegura que sintió la llamada de la tierra y la necesidad de hacer ya realidad su sueño de tener mastines (y gallos). Y también fiel a la genética de la tradición, si a él se los regalaron también él regalará las crías de esta cara.
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