El ‘boom’ del aprovisionamiento en supermercados y grandes superficies ha provocado que muchos clientes opten por adquirir allí también productos como el pan, que habitualmente compran en panaderías, donde la fabricación suele ser más artesana y la calidad obliga a poner un precio algo más elevado que en un lineal de un gran establecimiento.
A ello se une en ciudades como León, donde el 25 por ciento de la población supera los 65 años, el hecho de que muchas personas mayores hayan optado por recluirse en sus domicilio, reduciendo al mínimo o suprimiendo directamente las salidas a la calle. En la Panadería El Arco, en la céntrica calle Santa Nonia, se ven afectados por ambas circunstancias, como detalla Efrén Méndez, que regenta el local junto a su mujer, Almudena García y que tienen el obrador y también venta al público en el barrio de San Mamés.
“Un cliente que nos compra de forma habitual, el otro día salió del supermercado de al lado con más de diez barras. Optan por el pan más barato y de menor calidad… imagino que sea temporal y la gente mayor tiene miedo a salir y a contagiarse; personas que venían todos los días ya no aparecen”, relata antes de reconocer un descenso de más de la mitad de personas que habitualmente les visita, aunque quienes lo hacen compran incluso más cosas que antes en algunos casos.
Servicio a domicilio
Para hacer frente a la realidad impuesta por el Covid-19 y para atender también a las personas mayores, ofrecen desde este lunes un servicio a domicilio, al tiempo que adoptan medidas de prevención como pedir que no haya más de dos clientes a la vez dentro de la panadería.El caso de El Arco es también especial porque están situados frente a una aparcamiento ahora casi vacío, la Biblioteca pública y el Conservatorio de Música, ahora cerrados, que cada tarde les aportaba decenas de clientes.
Efrén agradece los vídeos virales que apelan a apoyar los pequeños negocios de los barrios y confía en que esta dura situación termine en pocas semanas, aunque las consecuencias para ellos vayan a durar más. De momento, se plantean abrir únicamente por las mañanas, porque la clientela de la tarde se ha reducido a la mínima expresión.
Otra de las circunstancias que agrava su situación es que El Arco está situada en una de las calles de León por las que más procesiones de Semana Santa discurren y la suspensión de la misma deja ya un agujero enorme en sus previsiones de ingresos anuales porque esos días suponían una inyección económica “con la que tirábamos hasta el verano”.