La voz que te cuenta Delicias

La leonesa María Jesús Álvarez Moro es la voz que anuncia en el Metro de Madrid las estaciones; es una de las pioneras, junto a otras voces de terciopelo como la malograda María Teresa Martín Villa o Nélida P. Alfaro

Fulgencio Fernández
18/03/2018
 Actualizado a 18/09/2019
María Jesús Álvarez Moro (a la derecha) ha sido una de las grandes voces de la radio española que los viajeros del Metro siguen disfrutando hoy.
María Jesús Álvarez Moro (a la derecha) ha sido una de las grandes voces de la radio española que los viajeros del Metro siguen disfrutando hoy.
Cuando José Luis Perelétegui —uno de los pioneros de la radio en León condenado a ser recordado sobre todo como el primo de Umbral que lo trajo a León— me regaló un sobre lleno de fotos ‘de la época’ le pedí que me las documentara por detrás. Sobrio, como era, simplemente ponía el nombre, la fecha y la emisora de la que se trataba. De palabra añadía algo —«María Teresa (Martín Villa) era hermana del ministro», por ejemplo— pero no lo escribía. Sin embargo, en la foto de la página de al lado escribió: «María Jesús Álvarez Moro (a la derecha). Sin duda una de las mejores voces de la radio española», y española lo ponía en mayúsculas, para que quedara claro.

- No sería para tanto maestro.
- Si voz de terciopelo tiene una definición ésa es María Jesús. Le fue bien en Madrid, pero merecía más, era brillantísima.

Mª Teresa Martín Villa era la voz de programas solidarios, catástrofes, traía medicinas del extranjero... Hablando con Luis del Olmo sobre ella no le quitó la razón a Perelétegui. «Los guiones los hacía Umbral, imagina, pero María Jesús también aportaba mucho; además de su voz, que a mí también me enamoró. Su voz es poderosa y risueña, encanta y enamora. Es la voz femenina más importante que yo he conocido y una de las estrellas más rutilantes que ha dado la radio leonesa».

Y hablando con ella, ahora vive en Madrid y viene poco por León pues apenas tiene ya familia aquí y hace unos años vendió su casa, se muestra encantada con los elogios, no se queja de cómo le fue la carrera en la radio, en Radio Nacional, pero recuerda otro elogio de un compañero que conoció en León y cuya amistad mantuvo hasta el fallecimiento de éste, Paco Umbral. «Escribió de mí ‘Pura risa y collar de amor adolescente, voz clara y viajera’ y en siempre me presentaba diciendo que era más leonesa que la Pulchra».

Luis del Olmo se atrevía a confesar incluso que Umbral y él estaban enamorados de María Jesús «pero es evidente que le hizo más caso a él».

Desvela Álvarez Moro que, además de su carrera en la radio —a la que llegó porque la carrera que quería estudiar, Derecho, «no ofrecía salidas para las mujeres, que no podían ser ni jueces, ni fiscales, ni casi nada»— su voz de terciopelo le ofreció otra posibilidad, la de ser la voz que escuchan todos los usuarios del Metro de Madrid cuando se anuncian las paradas. «Próxima estación... Delicias». O Esperanza, que fue la que precisamente la convirtió en noticia pues tuvo que denunciar a Manu Chao por utilizarla en uno de sus videoclips sin pedir ningún tipo de permiso. «Me saldría la vena de estudiante de Derecho», bromea con esa voz que no delata sus 80 años.

María Jesús Álvarez Moro también está en la historia de la radio por otro hito. «Trabajaba con Alejo García en RNE y hacíamos un programa -Directo, directo-que fue el primero que sacó los micrófonos a la calle sin ninguna censura previa ni ningún tipo de consigna a los intervinientes. Se les ponía el micro y ellos largaban…». Y lo dice porque muchas veces se atribuye este hecho a otros programas.

Álvarez Moro: "Es cierto que eligieron mi voz para anunciar las paradas del Metro y las de cercanías y que mucha gente me reconoce al hablar; pero también hacía con Alejo García el primer programa que se atrevió a sacar los micrófonos a la calle sin ninguna censura" Y cuando hablas de aquellas voces de terciopelo de la radio leonesa con las gentes que las conocieron —la propia María Jesús, Luis del Olmo, Perelétegui, Joaquín Nieves...— todos hablan de María Teresa Martín Villa, otro nombre propio de la época, habitual en programas de corte solidario, pero que falleció muy joven. Su hermano Rodolfo accede encantado a hablar de ella, incidiendo en su faceta solidaria. «Siendo yo estudiante en Madrid alguna vez tuve que ir hasta el aeropuerto para recoger una medicina que le traían a Mª Teresa del extranjero, destinada al tratamiento de algún oyente enfermo; recuerdo concretamente a uno de un pueblo de la Montaña de León al que habían recetado un medicamento que no podía adquirir en España y María Teresa lo buscó en el extranjero. Después de recogerlo tenía que llevar el fármaco a los autobuses de Fernández y, a través del cobrador, se lo hacían llegar a mí hermana que me llamaba impaciente una y otra vez». Crémer escribía de ella: «Una mujercita apasionada que había conseguido mover muchos corazones y levantar muchas esperanzas. Una mujercita llena de ternura que hablaba a los niños en su idioma y a los hombres en el lenguaje de los niños».

Y se le saltan las lágrimas al ex ministro cuando recuerda su fallecimiento, aún muy joven: «Fue terrible, fruto de algún problema en el embarazo y, tal vez, de algún error en la transfusión de sangre mi hermana falleció y el bebé que esperaba. Fue un momento tremendo para todos».

Fueron las voces de terciopelo de la radio y las voces, por suerte, no mueren.
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