La única que va para donde mira

09/06/2021
 Actualizado a 09/06/2021
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Estás ante uno de los animales a los que más debemos en esta tierra. Tal vez al que más aunque en la versión que más ayudó, la vaca de leche, prácticamente han acabado con ella de manera inmmisericorde y hasta cobarde, arruinando a quien se ganaba la vida en este sector, quitándoles todo lo ahorrado durante una vida de la noche a la mañana –la desaparición de los cupos– o pagando el litro de leche a un precio tan ridículo que no fueron pocos los que decidieron tirarla por el canal del abono antes que rendirse a los buitres aprovechados, que también los hubo. Y muchos.

Y los chavales pasaron a creer que la leche crece en las estanterías de los supermercados, donde ya solo resiste una marca de esta tierra, Lar.

Olvidamos sin ningún pudor que varias generaciones de leoneses se levantaron desayunando un tazón de leche recién ordeñada, migado con pan de hogaza, y se acostaron con otro tazón de leche e, incluso, si eran de los de las sopas de ajo... con un chorro de leche. O una rebanada de pan untada en manteca, recién salida de la mazadera que golpeaba con paciencia uno de los impagables derivados de la leche, también presente en todos los dulces que eran postre de las fiestas.

Estas vacas en su finca, con su cerco y su puerta, guardadas por el pastor y estabuladas en la noche, son las últimas de una forma de vida y de ganadería. Se ha pasado a otra forma de vida para ellas relacionada con la carne, la ganadería extensiva, los montes abiertos...

Una imagen con la vaca mirando como ella lo hace, con la tranquilidad que es madre de la expresión «como las vacas al tren». Y no olvidemos sobre su nobleza que es un animal que siempre ve para donde mira.

Nunca engaña. Aunque eso no cotiza en bolsa.
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