La solución cercana

El cultivo de remolacha, que tanta riqueza generó en la provincia durante décadas y que hoy, en comparación, es casi residual, se destaca como una forma de captar CO2

Hay determinadas cuestiones que no pueden esperar, pero todos los sacrificios corren por parte de los mismos
18/11/2021
 Actualizado a 18/11/2021
Como en casi todo lo demás, en la batalla contra el cambio climático la forma de avanzar no es otra que prohibir primero y regularizar después. Cierto que hay determinadas cuestiones que no pueden esperar, pero no es menos cierto que todos los sacrificios corren por parte de los mismos. Prohibir cultivos, lanzar mensajes altisonantes desde los ministerios de Madrid, pedir que no consuma azúcar, que no se coma carne es, además de una falta de respeto a los profesionales de los diferentes sectores, algo completamente inútil, más allá del protagonismo fugaz que da en titulares y fotografías. Pretender, por ejemplo, que todos los ciudadanos vendan sus viejos coches y compren vehículos eléctricos cuando no hay las infraestructuras necesarias para que puedan seguir desarrollando su trabajo o su vida con una mínima normalidad es poco menos que sumar enemigos a la causa ecologista. En cualquier caso, muchas veces la solución está mucho más cerca, como es el caso del cultivo de remolacha, que tantos beneficios dio a la provincia de León durante décadas, que hoy es casi residual y que, además, ahora sabemos que vale para captar CO2.
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