La ‘perla’ del atletismo leonés

Nuria Menéndez, de sólo 17 años, ha sido ya 5 veces campeona de España de combinadas en cadetes y juveniles / "Me gusta entrenar todas las pruebas, si hiciera sólo una me aburriría"

Jesús Coca Aguilera
26/03/2019
 Actualizado a 17/09/2019
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El atletismo español suele funcionar para el gran espectador a base de modas. Cuando llega en una disciplina concreta un atleta que logra marcar diferencias y pelear por los títulos, esta pasa a ganar protagonismo y a centrar mayor atención. Y ahora mismo, en las pruebas combinadas, España vive un momento dulce.

En el heptatlón masculino, Jorge Ureña acaba de ganar en el Europeo de Glasgow el primer oro de un atleta nacional de la historia. En el femenino, María Vicente es campeona del mundo juvenil y acaba de conseguir con 17 años batir el récord de España.

Dos líderes que tiran de una disciplina que, en sus categorías inferiores, tiene ahora mismo como ‘reina’ a una leonesa. Se trata de Nuria Menéndez, que a sus 17 años acaba de ganar el Nacional sub’18 de pentatlón, en el que era ya su quinto título de campeona de España: tres de ellos en cadetes y doscon el recientemente ganado en Valencia en juveniles.

«Empecé en el atletismo con 6 años pero estuve en el Cleba, en el Aros, hice bádminton, tenis...  pasaba el día con el deporte» Una muestra de la imparable progresión de la que probablemente sea la gran ‘perla’ de esa fábrica en la que en los últimos años se ha convertido el atletismo leonés, que entrena a las órdenes de Alberto Menéndez y desde el principio canalizó hacia su actual disciplina la pasión que sentía por todos los deportes.

«Me pasaba el día haciéndolos. Estuve un año en el Cleba, dos en el Aros, hice también bádminton, tenis... iba probando y simultaneando, hasta que en 2º de la ESO, entre el balonmano y el atletismo que eran los que más me gustaban, me tuve que decantar», cuenta una Nuria Menéndez que empezó a practicarlo «con mi hermana, que ya lo hacía, cuando sólo tenía seis años, y no he parado hasta ahora».

Primero en el Colegio Quevedo, donde estudió antes de pasar al IES Eras de Renueva, en el que ahora mismo cursa Bachillerato. Y después, a partir de alevines, en ese Sprint León que tantas medallas en categorías inferiores ha deparado en la última década.

«¿Objetivos? Lo típico sería decir los Juegos, pero me gusta ir poco a poco y miro al Mundial júnior del año que viene» La mayoría de niños, cuando empiezan a hacer atletismo, compiten en todas las pruebas y luego, si empiezan atomárselo más en serio, se decantan por una en concreto. Pero Nuria Menéndez se quedó con todas, por la disciplina más completa, por esa combinada que obliga a hacer los 200 y 800 metros lisos, los 100 metros vallas, el salto de longitud y de altura, el lanzamiento de peso y, o bien pértiga en pista cubierta o bien jabalina en descubierta.

«Tengo claro seguir en ello, no me he planteado especializarme. Me gusta mucho entrenar todas las pruebas, si fuera a una creo que me aburriría, así cambio cada día», cuenta Nuria Menéndez, que entrena «mínimo seis días a la semana, pudiendo durar cada sesión entre hora y media o tres horas», y que practica «cada día una cosa concreta: los lunes series largas y ahora empezaré con jabalina, los martes altura y peso, los miércoles y los viernes vallas, y los jueves y sábados de nuevo fondo, que como es actualmente la que tengo más floja debo practicarla».

«Mi peor momento fue cuando en infantiles me rompí el codo haciendo pértiga y tuve que estar un año en rehabilitación» ¿Y la longitud? De momento no la está haciendo mucho pues tiene un tobillo «tocado desde que corriendo por el río pisé una raíz y me hice un esguince, que es a veces frustrante porque me molesta en los saltos y estoy yendo a médicos a ver qué me dicen, que en principio es sólo molestia y hay solución».

Una nueva lesión pero mucho menos grave que la que sufrió siendo infantil, en su peor momento ahora mismo en el atletismo, cuando «rompí el codo haciendo pértiga y estuve un año yendo a rehabilitación a las 7 de la mañana, aunque finalmente no me tuvieron que operar y quedó bien».

Algo ya olvidado y que no le impidió seguir sumando éxitos en todas las categorías inferiores. ¿Los que más ilusión le han hecho? «Quizá incluso más que los Nacionales el récord de España de infantiles, el Trofeo Ibérico que gané en febrero en Portugal o la participación en el Europeo sub’18 de Gyor, que el hecho de llevar la camiseta de España hace mucha ilusión».

«Lo que menos me gusta y peor se me da es el fondo. Lo que mejor la jabalina, que sólo está al aire libre, y la altura» Citas en lo más alto de una atleta que, si tiene en el 800 «la prueba ya no sólo que peor se me da, sino que menos me gusta», destaca «probablemente en vallas, donde estoy mejorando últimamente, en altura y en jabalina, que sólo está en un aire libre que precisamente por eso lo prefiero con respecto a la pista cubierta».

Son las que le han llevado a acumular títulos pese a tener, la suerte o la desgracia, de coincidir con un talento innato como María Vicente, que tiene sólo un año más que ella. «Al principio da un poco de cosa que sea tan buena, pero a mí sí que me gusta competir contra ella y también verla. Me llevo muy bien con María y considero que ha hecho mucho por las combinadas, les ha dado visibilidad», cuenta la leonesa sobre una atleta a la que considera «como dice mi padre, un espejo en el que mirarme» y para acercarse a la cual señala que «hay un importante hándicap y es que entrena mañana y tarde en el CAR, se dedica al 100% al deporte, mientras yo voy a clase, estudio... Pero tengo que seguir trabajando y en un futuro ya se verá, en cadetes ya me quedé a muy poco de su récord de España y en juveniles se me fue por poco».

¿Sus objetivos a corto plazo? Pasan por «seguir entrenando y mejorando, este año no hay Europeo ni Mundial, entonces sería ser campeona de España de mi categoría al aire libre y veremos si oriento o no la preparación a intentar estar en mi primer Nacional absoluto en septiembre». Un salto desde las categorías inferiores que supone un cambio en la planificación, pues «sube la altura de las vallas, los kilos del peso o los gramos de la jabalina».

«María Vicente es un espejo en el que mirarme. Me gusta competir contra ella y verla, nos llevamos muy bien»  ¿A largo plazo? «La típica respuesta sería ir a unos Juegos Olímpicos, pero me gusta ir poco a poco y pensar mejor en el Mundial júnior del año que viene o el Europeo júnior de dentro de dos».

Y es que tiene los pies en el suelo una Nuria Menéndez que, a la hora de hablar de referentes, «aunque quien domine ahora mismo sea Katarina Johnson-Thompson, la mía siempre ha sidoJessica Ennis-Hill, que está ya retirada, pero que medía 1,73 como yo y compitiendo contra gente de 1,90 fue campeona del mundo y olímpica».

Una circunstancia, la de la altura, «que limita bastante, ayuda el tener las piernas más largas y el punto de gravedad más alto, ya que por ejemplo en altura tienes que saltar mucho menos».

Un motivo más por el que superarse. Por el que seguir trabajando en León, donde considera que la clave para que salgan tantos atletas «son las Escuelas Deportivas en el inicio, el grandísimo nivel de entrenadores con gente como Alberto Menéndez, David Lazo o Víctor Rubio, o las instalaciones con ese maravilloso CAR, aunque nos siga faltando una pista de ocho calles».

Una ciudad ideal para trabajar, pero que abandonará al menos temporalmente cuando empiece la Universidad. «Quiero estudiar algo relacionado con la economía y el marketing y, aunque esté a gusto con mi técnico y mi grupo, quiero probar nuevas experiencias», reconoce la atleta.

Uno nuevo destino por decidir. Parte del camino con el que se seguirá puliendo este diamante en bruto.
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