Muchos comentarios dejó la visita de Pedro Sánchez a Ponferrada el pasado domingo. Los fotógrafos decían que el presidente es un profesional de la pasarela, que lo de posar es lo suyo, que es casi imposible hacerle una foto en la que salga mal, da igual de frente que de espaldas que con mascarilla o sin ella. Es algo de lo que no puede presumir todo el mundo. Sin ejemplos, claro. La segunda fila, la que no aparece en las fotos, estaba muy solicitada. A uno de los más veteranos socialistas no le movieron la silla para salir en las fotos, pero sí se la tuvieron que cambiar porque se le rompió.
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