«Estaba en coma, pero salía esporádicamente a la calle», dice Manel Monteagudo, un gallego cuya historia ha circulado por casi todos los medios españoles y que ahora ponen en duda los expertos, por un coma de 35 años no es precisamente compatible con los paseos. El hecho de que sea gallego da para chistes fáciles, pero en su caso se puede encontrar una metáfora de lo que pasa con algunos de nuestros políticos, que resucitan cuando se acercan las elecciones para volver a colarse en las listas. Ayer, una cuenta de Twitter rezaba por uno leonés que reúne esas características.
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