La Navidad se hace en las hojas de botellas del abeto de Canedo

El abeto de las postales bercianas lleva el nombre de Xamprada

M.I.
20/12/2019
 Actualizado a 20/12/2019
No hay una estampa igual que la del Palacio en las Navidades. | P.B.
No hay una estampa igual que la del Palacio en las Navidades. | P.B.
Original «a tope», el Palacio de Canedo se ha convertido en el símbolo del encendido navideño con su abeto formado por botellas de Xamprada. Con él ha llegado la Navidad a El Bierzo el 28 de noviembre, al tiempo que José Luis Prada entregaba la Castaña de Oro de este año, con la que se premia a los que han sido embajadores del Bierzo, al presidente de la Ponferradina, José Silvano.

Frente a unos 250 amigos, el árbol encendió la noche, después de aplaudir los éxitos deportivos del equipo local, bandera de luchadores y testigo de un Bierzo que no es de Segunda, aunque esté orgulloso en esa División futbolística.

La música inició una gala para el recuerdo, con la voz destacada de Alberto González y los acordes de ‘O sole mio’.

El balcón del Palacio parecía dibujar cada nota y, tras el tema‘Ven a mí’, se sumó al encuentro el baile del grupo ‘Rumballet’, con coreografías especiales que casi encendían por sí solas un árbol que esperaba su momento.

Y llegó, en medio de un impresionante espectáculo de pirotecnia con fuegos artificiales sobre los viñedos del Palacio. Fue el premiado José Silvano el encargado de hacer que el árbol se iluminara, un momento que derramó magia por todos los costados.
De nuevo las postales bercianas se dibujan alrededor de un árbol que nadie pasa sin visitar.

A lo largo de todas las fiestas, la estampa del Palacio, bella de por sí sin ningún tipo de elementos a mayores, se convierte en mucho más grande gracias a ese testigo navideño con el que da la bienvenida y felicita las fiestas, al igual que hace José Luis Prada, Flor Bonet y todo ese equipo que están detrás de las sensaciones que quieren expresar con cada botella que conforma el idílico árbol de vidrio, espumoso y magia símbolo de unas NaviPradas siempre «a tope».
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