Así lo explicó ayer en Villafranca del Bierzo la directora general de Telecomunicaciones de la Junta de Castilla y León, María Victoria Seco, que informó del despliegue que las operadoras Telefónica y Redytel han llevado a cabo en Priaranza del Bierzo, Santalla, Villalibre de la Jurisdicción, Cortiguera y Narayola, donde la Junta financió un 90% de los costes necesarios para la instalación de la nueva conexión.
En todos los casos, se trata de pueblos de menos de 500 habitantes que han tenido que repartirse un total de 1,65 millones de euros que el Gobierno autonómico destinó a este fin en toda la Comunidad a lo largo de 2017.
Por su parte, las ayudas estatales permitieron la llegada de la fibra óptica también a cuatro de las poblaciones bercianas con mayor importancia, como Fabero, Lillo del Bierzo, Toreno y Villafranca del Bierzo, donde se iniciarán las obras de instalación de la fibra óptica en breve, un avance que aplaudió el regidor, José Manuel Pereira, ya que la falta de este tipo de infraestructura ha afectado a muchos negocios rurales.
En ese sentido, Seco destacó el «papel importante» que juegan las pequeñas operadoras locales, como Redytel, a la hora de «hacer lo posible por llevar la conectividad a los pueblos». La directora general admitió la «preocupación» por la existencia de zonas en las que no sea rentable el servicio para las operadoras, por lo que la Junta contempla denominar ‘zonas de fallo de mercado’ en las que la conexión a la red se podría convertir en un servicio público gratuito.
«Las administraciones públicas no pueden permitir que los pueblos se mueran y eso pasa porque no queden desconectados», destacó Seco.
Ayudas para colegios y polígonos
La directora general de Telecomunicaciones también avanzó que la Junta de Castilla y León destinará 1,9 millones de presupuesto para llevar internet de alta velocidad a los polígonos industriales que se encuentren apartados de su núcleo de población y que por lo tanto, carecen de la infraestructura necesaria para beneficiarse de internet de alta velocidad, un servicio «necesario» según explicó ayer la directora general en un encuentro con alcaldes de la comarca.«Las empresas necesitan estar bien conectadas», aseguró Seco, que también avanzó un plan en colaboración con el Ministerio de Educación para llevar la fibra óptica a 1.500 centros de la comunidad,lo que supondrá tener 300.000 usuarios nuevos de aquí a finales de 2020.
Una vez conectadas las escuelas, Seco considera que «será más fácil» establecer la conexión con el resto de poblaciones.
La directora general explicó que la Ley General de Telecomunicaciones y la normativa europea impiden a las administraciones llevar la tecnología al medio rural aunque permite apoyar a las operadoras, que es el camino que se ha seguido.