La joven dama cumple un siglo

Nati cumplió este sábado 100 años con una lucidez y vitalidad casi increíbles; repasa su vida, el exilio en Francia con 17 años y recuerda a aquel alcalde francés que les dejaba caramelos bajo la almohada del orfanato

Fulgencio Fernández
13/03/2022
 Actualizado a 14/03/2022
La centenaria leonesa Natividad Fernández Castro con un retrato de su juventud entre sus manos. | MAURICIO PEÑA
La centenaria leonesa Natividad Fernández Castro con un retrato de su juventud entre sus manos. | MAURICIO PEÑA
A Nati, ‘la joven dama’ que este sábado cumplió 100 años, siempre le animó un aliciente en la vida. Desde hace tiempo el aliciente era llegar «a vivir un siglo» y ya lo cumplió, como a ella le gusta, rodeada de los hijos (siete), los nietos (catorce), los bisnietos (doce) y el resto de allegados.

Y ya está pensando en otro reto y no a corto plazo. Esta leonesa de Armunia, allí nació, tiene un sentido del humor muy especial y no hace mucho, hablando de futuro y celebrando poder estar rodeada de los suyos, su nieta Marta, que siente por ella una especial devoción, le hizo una broma:

- Abuela, ¿q1ué va a ser de mí cuando sea mayor que no tengo hijos, ni nietos que me cuiden?
- No te preocupes, yo cuido de ti; le dijo sin dudarlo antes de «caer en la cuenta» de que «claro, igual yo ya no estaré cuando tu seas vieja, por ley de vida» pero sin tenerlo demasiado claro pues también bromea con que «tal vez solo sobrevivamos Jordi Hurtado y yo».  

Jordi Hurtado, que lleva 25 años con un concurso en la tele, se ha convertido en una especie de paradigma de la eternidad y así lo toma Natividad Fernández Calvo, Nati para todos, aunque a ella el concurso que más le gusta es ‘Pasapalabra’, que sí lo suele ver. «Lo que no le gusta nada, no los ve, son los programas de cotilleo», cuenta su nieta.

Pasar las páginas más recientes del álbum de fotos de Nati no parece una mirada sobre imágenes de una mujer de más de noventa años, camino de los cien, ni mucho menos. En las fotos aparece esta mujer haciendo gimnasia, con un trofeo de una carrera como campeona de su edad, nadando en la piscinas, en bañador en la playa o disfrazada de india en una fiesta familiar, ya con 99 años. O en un columpio: «No se aguanta, si pasa por un parque y ve un columpio, allá que va, como los niños».

La vitalidad de esta ya centenaria es inigualable. El móvil forma parte de su vida como todos los avances que asume como herramientas para mejorar la vida.

Y si quieres comprobarlo... que te mande un waasap, sin ningún problema.  

Y feliz se muestra Nati, que pasea cada día, cocina, le hace dulces y postres a los nietos y bisnietos... y siempre está tramando algo. «Sólo los días muy grises, que no sale ni un rayo de sol, ponen algo de sombra en su rostro».

Exiliada en Francia


El inicio de esta mirada sobre la vida de Nati, las fotografías de las que hemos hablado nos podrían hacer creer que se trata del repaso de una vida de esas que llaman color de rosa. Pero no es así, a esta centenaria de Armunia le tocó pasar lo suyo pero lo convierte en recuerdos entrañables como nadie.

La guerra, las necesidades y las pérdidas también marcaron su vida cuando era solo una adolescente, casi una niña. Los recuerdos de aquella época son difíciles de dulcificar pero Nati los cuenta con tanta emoción como naturalidad, se los ha contado tantas veces a su familia que forman parte de la memoria familiar. Cuando tenía 14 años vivió momentos muy duros. «Como hacíamos tantas veces en la familia fui a pasar unos días con unos parientes, en Santa Lucía de Gordón. Allí estaba cuando estalló la guerra y ya no pude regresar a casa con la familia, en Armunia».

En estas fechas conoció la cara más amarga de aquellas fechas terribles. Hablaban de regresar por el monte pero todos sabían que era muy peligroso. «Tan peligroso que mi hermano y otros siete compañeros se decidieron a ir por el monte...  y los mataron a los ocho, aunque a mí me lo querían ocultar porque era casi una niña pero lo veía en el ambiente, en el ir y venir de gente...».

Para entender cómo eran aquellos días de necesidad sólo hay que escuchar la explicación de Nati para documentar cómo fue subiendo «hacia Asturias», primero a Pola de Gordón, después a Villamanín, donde estuvo en otra casa de un vecino que la acogió. «En casa de mis tíos las cosas no estaban bien y una boca más que alimentar y cuidar era mucho».

Recuerda que en Villamanín escogía lentejas para los soldados pero el frente iba subiendo y de cada pueblo que iban a «tomar» las fuerzas franquistas Nati iba huyendo, hasta Gijón. Y de allí «a Cataluña y a Francia». Era una joven de 17 años en un país extranjero, sin familia, exiliada... y, sin embargo, la expresión que utiliza es que «fui feliz».   Algo que se entiende al comprobar que Natividad fija más sus recuerdos en las buenas gentes que encontró en el camino que en los malos momentos que tuvo que vivir.

Nunca olvidaré al alcalde de la época del exilio, nos debajo caramelos debajo de nuestra almohadaY de Francia siempre tuvo recuerdos tan buenos como emotivos, emocionantes en muchos casos.  El lugar de destino era Sées, en Normandía, y Nati jamás pudo olvidar a quien era el alcalde de aquel lugar: Charles Forget, «un hombre bueno». Ella durmió en su casa un día y la familia quería que siguiera en aquella casa pero Nati decidió regresar cada noche para estar con el resto de los exiliados, en el orfanato donde vivían; y siempre cuenta emocionada un detalle que habla de la humanidad de aquel personaje —aunque hay muchos más—: «Por las noches, cuando ya estábamos dormidos iba a nuestras camas y debajo de la almohada nos dejaba un caramelo que buscábamos nada más despertar».

Por eso, Nati tuvo durante décadas otra ilusión: Regresar a aquel poblado, recordar aquellos momentos y, de alguna manera, rendirle un homenaje a aquel Charles Forget que jamás borró de su memoria.

Y lo hizo. Ya con 96 años, cumplió su sueño y vivió otro de los momentos más emocionantes de su vida al dejar sobre la tumba de aquel alcalde «unos caramelos, como los que él nos dejaba bajo nuestras almohadas».

Paseó Nati por Séed, comprobó que la casa de Forget se mantenía en buen estado, que aquella tierra cuida a sus gentes pues una calle lleva su nombre, vio el lugar en el que vivió, el lavadero al que acudían cada día y sintió que la humanidad debe ser un sello de identidad de esta tierra pues el que en 2018 era alcalde, Jean-Ives Houssemaine, también se mostró emocionado con la visita, con la historia de Nati y otras españolas y no solo recibió a la nonagenaria leonesa sino que también le entregó «la medalla de la ciudad», que Nati  saca de su caja en las grandes ocasiones.

Con 96 años cumplí el gran sueño de mi vida, regresar al pueblo de Francia donde estuve en el exilio y donde me recibieron con un cariño que jamás olvidaré, me dieron la medalla de la ciudadCuriosamente el viaje estuvo a punto de truncarse pues cuando iban a partir Nati sufrió una indisposición y no pudo ir, pero quiso que sí lo hicieran el resto de familiares que se habían apuntado, que fueron agasajados en Francia. Pero todos sabían que aquel sueño era de Nati y seis meses después hubo otro viaje, encabezado por ella, que les explicó cada uno de los rincones del pueblo aderezado con algún recuerdo.

Entre los regalos que le llevaron al alcalde actual estaban dos libros, uno de León en español, en cuya dedicatoria Nati dejó la esencia de lo que fue su estancia en Francia, alejada del dolor que se puede suponer en quien con 17 años se ve lejos de casa y de la familia: «Muchas gracias a Charles Forget por haber hecho de uno de los momentos más dramáticos de la historia uno de los periodos más felices de mi vida».

Nada que añadir. Nadie lo cuenta mejor que Nati en pocas líneas.

De regreso a su tierra Nati se casó y dedicó su vida a una tarea también ardua, pero feliz como le gusta a ella que sea todo: criar siete hijos, seis chicas y un varón. En realidad fueron ocho pero una de las hermanas falleció con tan solo unos meses, uno de los pocos recuerdos que le borra la sonrisa a esta madre que el sábado volvió a emocionar a todos con su vitalidad de joven dama, lo que es.  
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