La historia nos lo debe... que lo pague

La Cultural busca volver al fútbol profesional / La previa del 'playoff', desde otro punto de vista

Fulgencio Fernández
18/07/2020
 Actualizado a 18/07/2020
Imagen de la Cultural de 1926.
Imagen de la Cultural de 1926.
Ya son muchas fases de ascenso a las espaldas, muchas ilusiones de salir del pozo de la Segunda B (y hasta la Tercera), mucha imaginación para sembrar esperanzas y tan solo una vez, el año de Rubén de la Barrera, llegamos a buen puerto y el barco naufragó a las primeras de cambio.

Otra más. En pandemia o saliendo de ella. Nuevos argumentos.

Los deportivos ya están usados todos y nos han dado más fiascos que una novela de Ana Rosa Quintana.

Los de presupuesto ya han sido argumentados y resultaron más inútiles que regalarle un diccionario a Belén Esteban.

A la suerte mejor no apelar que asciende el Valladolid.

A las influencias de nuestros políticos y dirigentes deportivos... Déjalo, que mandan menos que Setién en el Barça, que dijo el jueves que Ansu Fati y Riqui Puig van a la fase de ascenso y los tiene  entrenando con el primer equipo.

¿Qué nos queda? La historia, apelar a que la Historia nos lo debe, por las aportaciones culturalistas más allá de los terrenos de juego. Y como vivimos tiempos en los que se habla mucho de pagar la deuda histórica es justo el momento de cobrar.

Así, a vuela pluma, cabe destacar el significativo y único papel jugado por la Cultural en los campos de la cultura, el feminismo, el reciclaje, las ciencias paranormales y religiosas, en el mundo del arte y hasta en darle sentido a la existencia de esos personajes tan cuestionados que fueron los gobernadores civiles. Por partes.

Cultural, cultura y femenismo

Vaya por delante que el nombre es ‘casi’ único. En el panorama deportivo actual está nuestra Cultural y la Cultural de Durango, que se bate el cobre por los campos de Tercera.

La Cultu fue pionera en feminismo, reciclado, amor libre, paraciencias o arte  Y nace este nombre en un alarde de lógica que no se corresponde con la tradición de esta tierra de decisiones exóticas. Nació la Cultu en unos tiempos (1923) en los que a quienes quisieran hacer carrera política se les exigía que fueran alguien en su tierra —¡qué tiempos!— y se ponía el ejemplo de que «podían dirigir una sociedad cultural o deportiva». Y nuestro fundador, Miguel Canseco, pensó, «¿porqué cultural o deportiva?» y creó la Cultural y Deportiva (Leonesa). Mucha imaginación no le echó pero sentido común como para regalar. Y cuentan las crónica que le salió bien la jugada.

Y por la misma puerta entró la primera mujer socio de la Cultural, María Sánchez Miñambres, un gran personaje de esta tierra. Con los mismos méritos fue la primera mujer concejal de la ciudad y allí mostró su carácter independiente y libre, tanto que habiendo sido nombrada por Primo de Rivera años más tarde Franco la envió a la cárcel. Es una de las pioneras del feminismo en León.

De Jesús a Monseñor

La aportación a las ciencias religiosas no es menor. Al margen de la buena sintonía con los seminarios —a los que se daban carnets a precios muy asequibles para los seminaristas— o que ‘el pater’ don Víctor fuera una institución no hay que olvidar que una de las grandes promesas del fútbol leonés fue precisamente Arenillas, ‘la joya con sotana’, a quien bajaba don Víctor a entrenar, internacional en las categorías inferiores por lo que recibió ofertas del Real Madrid, Pontevedra y Valladolid pero decidió irse al Sporting de Gijón. Tres lesiones graves lastraron su carrera para retirarse con 26 años.

Pero quien más puede hacer por la Cultu, sin duda, en instancias más elevadas es Jesús, aquel prometedor portero de la base que decidió irse a equipos con menos responsabilidades (La Magdalena y Atlético San Francisco) para poder compatibilizar la pasión por el fútbol con sus deberes como sacerdote, en los que los domingos son días de mucho trabajo. Pero sigue siendo culturalista de corazón y este mismo fin de semana que su Cultu se la juega él toma posesión como Obispo de Astorga. Si el Cielo le concede tres deseos...

Si el Cielo concediera tres deseos al obispo don Jesús... igual su alma culturalistaHabrá que acudir al Cielo pues la Cultural en sus vaivenes lo ha intentado todo, desde Lillo a darle una segunda oportunidad a Aira casi sin caducar la primera, pero la más exótica fue cuando decidió acudir a las Ciencias Paranormales y contrató los servicios de Harold Campos, un parasicólogo brasileño de efímera presencia en León. El bueno de Félix, que estuvo a sus órdenes, recordaba que «hablaba mucho, muy despacio, pero trabajaba más bien poco; eso me lo dejaba para mí que entrenaba al Júpiter». Si llega a existir el programa de Iker Jiménez se pone las botas.

Y ya que nos llamamos la Cultural, cerremos con un toque cultural, recordando que aquel excelente central que era Purroy es hoy uno de los escultores más valorados y cotizados en Navarra, autor de un libro en el que recuerda su etapa leonesa, donde jugó y acudió a la Escuela de Artes.

La verdad, si así tampoco, habrá que decir lo de «clamé al cielo y no me oyó...». A ver hombre.

Pioneros del reciclaje, ‘Operación chatarra’

El culturalismo de Luis Fernández Rabanal—y su hermano Andrés— era a prueba de bomba, acudieron cuando se les necesitó y pilotaron algunas de las épocas más brillantes del club, a veces logrando fondos de las formas más imaginativas, como fue la famosa ‘Operación Chatarra’, unos pioneros del reciclaje.

Fue en su primera etapa (1965-1970), con el Club al borde cuando se sacó de la manga esta iniciativa que, a su vez, habla del cariño que despertaba la Cultu en toda la provincia. Era sencillo, se avisaba de la existencia de chatarra, se le regalaba a la Cultural y ésta la vendía. Llegaron ofertas de todos los rincones de la provincia y son famosas las imágenes de los carros y remolques con «chatarra para la Cultu».

El Júpiter y hasta Buenavetura Durruti

Si el nombre de la Cultural ya es curioso no lo es menos el de su filial, el Júpiter, que han vuelto a recuperar después de que una extraña ley le obligara al Club a renunciar a él para llamarse Cultural B, tonterías hay en todas partes. Es más, en la historia de la Cultu llegó a existir El Cultural y la Cultural.

Tampoco el Júpiter tiene muchos homónimos por el mundo, siendo el más histórico el Júpiter de Poblenou, en cuya historia aparece la única referencia futbolera del anarquista leonés Buenaventura Durruti. Resulta que este Júpiter nació en un barrioobrero que era, además, ‘cuartel general de anarquistas’, que encontraron en el sus instalaciones una tapadera perfecta; hasta la policía franquista se llevó a Cruiff de ese campo.
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